El próximo 4 de noviembre, Nueva York elegirá a su nuevo alcalde en una de las contiendas más intensas y atípicas de su historia reciente. Por primera vez, un candidato musulmán, Zohran Mamdani, de 34 años, podría acceder al mando de la ciudad más poblada de Estados Unidos. Lo que comenzó como unas elecciones locales tomó un cariz nacional, con protagonistas y tensiones que traspasan las oficinas del ayuntamiento.
Mamdani, ganador de las primarias demócratas, ha liderado todas las encuestas pese a la fuerte resistencia de la vieja guardia política. Su perfil netamente progresista y autodenominado “socialista de izquierdas” genera preocupación entre sectores empresariales y votantes moderados, quienes temen un viraje radical en las políticas urbanas. Sus propuestas incluyen congelar los alquileres, aumentar impuestos a los más ricos, crear supermercados estatales y ofrecer guarderías y transporte público gratuitos.
Pero su campaña está lejos de ser tranquila. Ha recibido críticas por su postura sobre el conflicto israelí-palestino, con acusaciones de antisemitismo que él rechaza aclarando que solo defiende los derechos palestinos. Además, resuenan sus polémicos antecedentes anteriores a su actual defensa de comunidades LGTBIQ+, cuentas pendientes sobre su asistencia en la asamblea estatal y una imagen pública que se ha nutrido en gran parte de su fuerte presencia en redes sociales.
El actual alcalde Eric Adams perdió las primarias demócratas y, tras una fallida segunda candidatura independiente y rumores de nombramiento diplomático, decidió retirar su postulación y apoyar al exgobernador Andrew Cuomo. Cuomo, quien dejó la política tras un escándalo de acoso sexual, intenta retornar con una visión pragmática y centrista: reducir costos de vida, mejorar la seguridad pública y aliviar la presión fiscal. Su discurso busca calmar temores y atraer votantes preocupados por la estabilidad económica.
Los dos exmandatarios, con una relación tensa y acusaciones públicas cruzadas, coinciden solo en bloquear la llegada de Mamdani. Esta alianza inesperada evidencia la división interna del partido y el rechazo a un candidato que avanza a paso firme.
En el bando republicano la apuesta es el veterano Curtis Silwa, fundador de Guardian Angels y una figura controvertida por comentarios agresivos y machistas. Sin apoyo directo de Trump, Silwa busca capitalizar el electorado conservador en una ciudad dominada por demócratas.
Donald Trump ha seguido de cerca el proceso en su ciudad natal y ya amenazó con recortes federales si Mamdani gana, subrayando la tensión política que rodea estos comicios.
Con menos de un mes para la elección, las encuestas muestran un cierre inesperado: Cuomo acorta distancias con Mamdani, pero aún no logra desbancarlo. El 4 de noviembre será una prueba para Nueva York, un espejo político que refleja debates nacionales sobre identidad, progreso y poder.


































