La ONU reimpuso este domingo el embargo de armas y otras sanciones a Irán tras acusar a Teherán de violar el acuerdo nuclear firmado en 2015. Reino Unido, Francia y Alemania empujaron esta medida en el Consejo de Seguridad, dejando sin efecto los retrasos para su regreso que intentaron sus aliados.
El paquete de sanciones, que incluye restricciones impuestas entre 2006 y 2010, vuelve a regir en plena escalada de tensiones en Medio Oriente. Esta decisión ocurre semanas después de ataques de Israel y Estados Unidos a instalaciones nucleares en Irán.
Kaja Kallas, jefa de política exterior de la Unión Europea, anunció que la UE aplicará sin demora la reimposición de sanciones vinculadas a la energía nuclear “levantadas anteriormente por la ONU y la UE”.
Israel calificó la medida como un “gran avance”, señalando las supuestas violaciones persistentes de Irán en su programa nuclear. El ministerio de Relaciones Exteriores israelí afirmó en la red social X:
“El objetivo es claro: impedir un Irán con armas nucleares. El mundo debe usar todas las herramientas para lograrlo.”
En respuesta, Irán advirtió que responderá con dureza y convocó a consultas a sus embajadores en Londres, París y Berlín. Sin embargo, el presidente Masoud Pezeshkian reiteró que Irán no planea abandonar el Tratado de No Proliferación Nuclear.
Rusia criticó la reinstalación de sanciones. Su canciller, Sergei Lavrov, calificó la medida de “ilegal” y adelantó que escribió al secretario general de la ONU, António Guterres, advirtiendo que sería “un grave error”.
Este episodio abre un nuevo capítulo en la crisis internacional por el control de armas nucleares en Medio Oriente, un foco permanente de inestabilidad que sigue teniendo repercusiones globales.
