El presidente Gustavo Petro respondió al llamado de la embajada de Estados Unidos en Colombia para reforzar la seguridad en su sede en Bogotá tras un ataque de manifestantes pro-palestinos el 28 de septiembre. En la acción, cerca de 100 personas rompieron las barreras de seguridad y un humo bengala ingresó a la propiedad.
La embajada solicitó apoyo adicional al Ministerio de Relaciones Exteriores para evitar daños a personas y bienes, advirtiendo también posibles consecuencias económicas si la situación persistía. Petro aseguró que protegerán la embajada con “el respeto absoluto al territorio bajo inmunidad diplomática”, pero aclaró que no se prohibirán las marchas y protestas ciudadanas.
“El gobierno de Colombia protegerá la embajada de los EE. UU., pero permitirá el libre derecho a la expresión y reunión del pueblo colombiano. Les solicito a los manifestantes conservar las reglas de la paz”
El presidente aprovechó para criticar la postura del gobierno estadounidense, especialmente la Administración Trump, que ha sido contraria a su mandato y le anuló la visa para ingresar a EE. UU. “Mi posición es diferente a la del gobierno de EE. UU., y nos atacan por ello, pero somos firmes ante los principios de nuestra Constitución”, afirmó.
Petro reiteró sus críticas duras a la ofensiva militar israelí en Gaza, escenario de una guerra que cumple dos años y ha dejado más de 60.000 palestinos muertos, además de una grave crisis humanitaria y hambruna.
Las manifestaciones pro-Palestina han sido constantes, con protestas en ciudades como Medellín y Bogotá. En la capital, las movilizaciones incluso se dieron frente a las instalaciones de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI), que rechazó la protesta.
El mandatario defendió la voz de la juventud y el pueblo colombiano frente a lo que calificó como “genocidio” en Gaza y pidió mantener la protesta pacífica. “Entre más paz, más contundencia”, sentenció.
Esta respuesta llega en medio de un aumento de movilizaciones y tensión frente a las embajadas y empresas internacionales en Colombia, con el gobierno intentando equilibrar el respeto a los derechos de protesta y la exigencia internacional de seguridad para sus sedes diplomáticas.
La embajada de EE. UU. sigue atenta a los riesgos, pero la garantía del gobierno es clara: no habrá prohibición a las demostraciones, pero sí una protección firme para sus instalaciones.
