El presidente Gustavo Petro confirmó desde Catar que los cultivos ilícitos en Colombia crecieron un 3% en 2024, llegando a 262.000 hectáreas de hoja de coca.
El anuncio se adelantó a la publicación oficial de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc). Petro pidió mejorar la precisión en los reportes para diferenciar entre zonas activas, enclaves de cocaína y áreas abandonadas desde hace más de tres años.
Petro detalló en X que de estas 262.000 hectáreas, 80.000 están abandonadas y 22.000 están en proceso de transición a cultivos lícitos. Según él, los enclaves de coca aumentan debido al mayor consumo en Europa, el Cono Sur y Australia, mientras que en la Amazonia la producción está en baja por la saturación del mercado estadounidense, que ahora consume más fentanilo.
El crecimiento del 3% en 2024 contrasta con el salto del 53% registrado en 2023, cuando la cifra pasó a 253.000 hectáreas y la producción potencial de cocaína llegó a un récord de 2.664 toneladas. Esa alza generó que Estados Unidos condicionara la certificación a Colombia por los pobres resultados en la lucha antidrogas.
Este anuncio ocurre en medio de una crisis diplomática entre ambos países, con críticas directas desde Washington al manejo de Petro sobre el narcotráfico.
Entre las reacciones, el economista Daniel Mejía, de la Universidad de Los Andes, cuestionó a Petro en redes sociales. Mejía afirmó que la metodología de la ONU no incluye cultivos abandonados en su medición, y le pidió “no ridiculizar un informe serio elaborado por profesionales con décadas de experiencia.”
La controversia se centra en el manejo y presentación de los datos, así como en la efectividad y estrategia del gobierno en la erradicación y sustitución de cultivos. La ONU aún no ha publicado su informe oficial para 2024, pero estas cifras adelantan una realidad compleja y en aumento.


































