El presidente Gustavo Petro volvió a tensar la relación con las altas cortes al cuestionar públicamente la idoneidad del presidente de la Corte Constitucional, el magistrado Jorge Enrique Ibáñez, por negar a un hijo frente a la justicia.
“Alguien que niega un hijo no puede ser presidente de la Corte Constitucional”, escribió Petro en sus redes sociales, y agregó que “si le niega los derechos a su propio hijo le negará los derechos a todos los colombianos”.
El mandatario alude a un proceso judicial donde Ibáñez debe reconocer la paternidad de un hombre de 40 años que busca tener el apellido del togado. El magistrado ha intentado negar la existencia de este hijo pese a una sentencia basada en una prueba genética que lo obliga a asumir su responsabilidad legal.
La defensa de Petro contra Ibáñez no pasó desapercibida y usuarios y sectores políticos le recordaron la confesión que él mismo hizo en marzo pasado. En una entrevista con la revista Cambio, Petro dijo sobre su hijo, Nicolás Petro Burgos, que “realmente nunca tuvimos la oportunidad de convivir. No lo crié, esa es la realidad”.
La declaración surgió cuando estalló el escándalo de la supuesta financiación ilegal con más de 1.000 millones de pesos provenientes de exnarcos a la campaña presidencial de Petro, monto que supuestamente pasó por Nicolás.
Pese a esa distancia, Nicolás ha dicho en varias ocasiones que creció con la imagen política de su padre y estuvo al frente de sus campañas, especialmente en el Caribe, donde fue responsable de la campaña Petro Presidente en 2018.
“La primera imagen que tengo de mi infancia fue al lado de mi papá en una manifestación… he crecido siempre con mi papá y he estado en todas sus campañas”, afirmó Nicolás.
Este nuevo episodio ocurre en un momento crítico donde la Corte Constitucional debatirá próximamente la reforma pensional que ha generado divisiones entre el Ejecutivo y el poder judicial. Petro no solo cuestiona a Ibáñez sino que lanza un mensaje más amplio sobre la legitimidad y moralidad de quienes presiden las altas cortes.
La polémica llega además mientras Petro prepara una posible demanda contra Estados Unidos por su “veto” en Naciones Unidas, otra señal de que no cede en su confrontación con poderes nacionales e internacionales.
La puja por la credibilidad del tribunal llega con fondo familiar y político. La Corte deberá decidir si Ibáñez sigue al frente pese a las dudas que levanta su situación personal, y Petro seguirá presionando desde la presidencia con críticas directas y polémicas públicas.
