Un nuevo testimonio del menor condenado por el asesinato del senador Miguel Uribe Turbay revela la crudeza del plan para ejecutar el magnicidio ocurrido el pasado 7 de junio en Bogotá.
El joven, reclutado por un grupo criminal a través de un contacto conocido como alias El Caleño, relató que nunca supo quién era la víctima hasta minutos antes del ataque, cuando le mostraron la foto del senador y le entregaron el arma. Según su declaración, un hombre identificado como Élder José Arteaga, alias El Costeño o Chipi, fue quien le dio la orden directa de disparar “de seis a siete tiros, mínimo cuatro”.
El menor contó que trabajaba vendiendo estupefacientes en bares del barrio El Muelle, en Engativá, y fue contactado días antes para “alistarse bien presentado” para cumplir una “vuelta” el día del atentado. Relató que la serie de llamadas y mensajes previos generó desconfianza, especialmente cuando le pidieron borrar toda evidencia.
Horas antes del crimen, fue recogido por una moto y llevado a un parque donde, acompañado por un hombre “tatuado y con gafas Cartier” y una mujer, recibió las últimas instrucciones además del arma. Ante la propuesta de disparar solo dos tiros, le respondieron que debía hacer “de seis a siete, mínimo cuatro”.
El Costeño le indicó además los puntos precisos para disparar: “detrás del cuello y en la cabeza”. Según el relato, le aseguraron que la policía y los escoltas del senador “ya estaban comprados”. También se le dio cinco minutos para huir antes de que simularan reaccionar al ataque.
La versión del menor coincide con la hipótesis de las autoridades sobre una estructura criminal que vigilaba y seguía los pasos de Uribe Turbay desde meses atrás.
En su declaración, el joven también mencionó que uno de los celulares con conversaciones y pruebas fue lanzado al río el mismo día del atentado. Aunque prometió entregar esa información a los escoltas tras su captura, el dispositivo nunca apareció. La Fiscalía no ha emitido comentarios sobre este hallazgo que podría ayudar a identificar a los autores intelectuales.
Por este homicidio, el menor fue sentenciado a siete años de prisión. Los implicados bajo investigación incluyen a alias El Caleño y El Costeño, procesados por homicidio agravado y concierto para delinquir. La Fiscalía sigue buscando a otros responsables detrás de la logística y el seguimiento al senador.


































