Las tensiones entre Estados Unidos y Colombia escalaron este domingo tras el fuerte señalamiento del expresidente Donald Trump contra el mandatario colombiano Gustavo Petro. A través de su cuenta en Truth Social, Trump calificó a Petro como “un líder del narcotráfico” y lo responsabilizó de impulsar la producción y exportación masiva de drogas desde Colombia.
Trump afirmó que el narcotráfico representa “el mayor negocio de Colombia” y que, pese a los pagos y subsidios millonarios de EE.UU., Petro no hace nada para frenar esta crisis. “Es una estafa a largo plazo”, insistió, y anunció el cese inmediato de toda ayuda económica estadounidense al país suramericano.
Además, advirtió que si Bogotá no cierra los llamados “campos de exterminio” dedicados a la producción de drogas, Estados Unidos intervendrá para hacerlo, aunque “no será bien recibido”. El expresidente estadounidense también vinculó directamente la llegada de drogas colombianas a territorio estadounidense con “muerte, destrucción y estragos” en su país.
En Colombia, la respuesta oficial fue inmediata. El procurador general de la Nación, Gregorio Eljach, manifestó su respaldo total a Petro y exigió a Trump pruebas concretas para sustentar sus acusaciones.
“El señor Presidente representa la unidad de los colombianos y merece nuestro respeto. Debería conocerse alguna evidencia fáctica antes de hacer semejante afirmación”, dijo Eljach.
Por su parte, la defensora del Pueblo, Iris Marín, reafirmó que Petro fue elegido democráticamente y es el legítimo presidente de los colombianos. Rechazó la acusación sin pruebas y señaló que estas declaraciones atentan contra la democracia en Colombia.
Este incidente exacerbó una relación ya tensa entre ambos países. Sin embargo, Colombia mantiene el compromiso de abordar los problemas ligados a la narcocultura y la inseguridad, aunque señala que estas acusaciones requieren fundamentación antes que afectar la diplomacia.
La polémica explotó un domingo por la mañana y aún no hay pronunciamiento oficial directo de la Presidencia sobre el anuncio del corte de ayuda económica.
La situación se mantiene delicada y con impacto inmediato en la agenda bilateral, con potencial para nuevas reacciones tanto en Washington como en Bogotá en las próximas horas.
