El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, podrían reunirse mañana en Malasia durante la cumbre de la ASEAN, aunque no hay confirmación oficial. Fuentes brasileñas dan la cita por segura, mientras que un portavoz estadounidense confirmó el interés de Trump a Reuters. El propio Trump se limitó a decir:
“Creo que lo encontraremos”
refiriéndose a Lula.
Trump tiene en su agenda un encuentro con el primer ministro malasio antes de la cena de los líderes de la ASEAN y luego viajará a Japón y Corea del Sur para verse con Xi Jinping. La reunión con Lula, clave para resolver el conflicto comercial entre Washington y Brasil, aún no aparece en agendas oficiales.
Desde agosto, Brasil enfrenta aranceles de hasta 50% impuestos por Estados Unidos. Los visados suspendidos a funcionarios brasileños, incluido el ministro de Salud Alexandre Padilha, han generado tensiones. Lula ha rechazado esas medidas y dice
“Estados Unidos no tiene déficit comercial con Brasil, no hay explicación para los aranceles ni para castigar a funcionarios que respetan la constitución”
.
Entre los temas sobre la mesa están minerales críticos, donde Brasil es un actor clave, y la energía, principalmente el etanol. Washington presiona por la reducción de los aranceles brasileños al etanol estadounidense, que llegan al 18%, muy por encima del 2,5% que Brasil cobra para su producto local.
Además, se espera que China sea un punto polémico. Trump podría buscar que Brasil limite su relación con Pekín, imitando lo que logró con Panamá y Argentina. Lula ha defendido el comercio entre países BRICS sin usar el dólar, un reto directo a la política estadounidense.
En política regional, Lula buscará que Trump desista de acciones militares en Venezuela. Criticó sin mencionar a EE.UU. los ataques en el mar Caribe y pidió respeto a la soberanía territorial. Pero su ambigüedad frente al régimen de Maduro abre dudas sobre futuras presiones.
En materia de narcotráfico, Lula tuvo que rectificar tras un comentario polémico sobre la relación entre adictos y narcotraficantes. Afirmó enfático en redes:
“Seguiremos firmes en la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado”
.
Una reunión previa entre el secretario de Estado Marco Rubio y el canciller brasileño Mauro Vieira fue calificada como “constructiva” y se centró en los aranceles. Ambos dialogaron 20 minutos antes de sus grupos de trabajo diplomático.
Además, el choque viene también por la regulación de las grandes tecnológicas en Brasil. Empresas como Rumble Media y la red X han sufrido restricciones y critican que el proyecto del Gobierno brasileño encarga al Consejo Administrativo de Defensa Económica poderes excesivos para supervisar las plataformas.
Lula fue claro en que la reunión no sellará acuerdos inmediatos. Su equipo, que incluye al vicepresidente Geraldo Alckmin, al ministro de Hacienda Fernando Haddad y al canciller Mauro Vieira, buscará estructurar un proceso negociador con un calendario concreto para destrabar las relaciones comerciales y diplomáticas.
Mientras tanto, nada se ha revocado: los aranceles, las suspensiones de visados y las sanciones vigentes bajo la Ley Magnitsky permanecen activas, manteniendo las tensiones al rojo vivo entre Washington y Brasil.


































