Donald Trump y Benjamín Netanyahu se reúnen hoy en la Casa Blanca para discutir una propuesta de 21 puntos que busca un alto el fuego en Gaza, la liberación de 48 rehenes y una transición política en la Franja. El plan, impulsado por Tony Blair y respaldado por Estados Unidos y la Liga Árabe, ya enfrenta fuertes resistencias internas en Israel y demandas contrarias entre países árabes y palestinos.
El ministro de Finanzas israelí, Bezalel Smotrich, fue claro: condiciona su apoyo a que Hamas sea desmantelado por completo y que las fuerzas israelíes controlen totalmente el perímetro de Gaza, incluido el estratégico Corredor Filadelfia junto a Egipto. Además, rechaza cualquier rol para la Autoridad Palestina (AP) en la transición y se opone a mencionar un futuro Estado palestino en el acuerdo.
Netanyahu coincidió manifestando la negativa tajante, a la vez que Trump prometió frenar cualquier intento israelí de anexionar Cisjordania. Sin embargo, la propuesta abre la puerta a un posible Estado palestino tras la reconstrucción de Gaza, línea roja para el gobierno israelí.
Desde el mundo árabe y la AP, la postura cambia. Piden suavizar las exigencias contra Hamas, incluyendo sustituir el desarme absoluto por la entrega de armas. Quieren que la AP tenga un papel central en la transición y limitan la presencia de fuerzas internacionales solo a las fronteras, sin operaciones dentro de Gaza. Además, rechazan que Tony Blair supervise el acuerdo y cuestionan la exclusión de Qatar, mediador clave en el conflicto, lo que genera nuevas tensiones.
Hamas, por ahora, dice no haber recibido formalmente el texto del plan, lo que mantiene el acuerdo en un punto muerto diplomático. En Washington, EE. UU. insiste en mantener a Qatar dentro del proceso, en contraste con la intención israelí de reducir su influencia postguerra.
Este choque entre Israel, Estados Unidos, la Autoridad Palestina y países árabes destaca que el camino hacia un acuerdo definitivo sigue bloqueado por profundas desconfianzas, intereses opuestos y redlines que parecen irreconciliables por ahora.
