La Universidad de Antioquia atraviesa una grave crisis que combina números rojos y luchas internas. El déficit financiero ronda los $160.000 millones, evidenciando un desequilibrio persistente entre ingresos y gastos. Esto pone en riesgo el funcionamiento de la institución y la calidad académica.
A la par del quebranto económico, el ambiente político en la UdeA se complica. Crecen las tensiones en torno al rector John Jairo Arboleda, quien ve cuestionada su continuidad por sectores internos que critican su manejo de la crisis.
La coyuntura golpea a uno de los centros educativos más importantes del país en materia de investigación y formación. Las fuentes cercanas advierten que sin un plan de ajuste financiero estricto la situación podría agravarse y afectar proyectos, inversión y personal docente.
El rector Arboleda, al frente desde hace varios años, no ha logrado equilibrar las finanzas pese a las medidas tomadas en ejercicios anteriores. El desbalance proviene en parte del insuficiente aporte estatal y dificultades para aumentar ingresos propios.
Además, los conflictos políticos dentro de la universidad aumentan la incertidumbre. Algunos sectores universitarios demandan que se abra la discusión sobre un cambio de liderazgo para encarar el desafío de fondo.
Por ahora, la UdeA negocia con autoridades locales y nacionales mientras intenta mantener sus operaciones, pero el futuro inmediato se ve incierto. La comunidad académica espera definiciones rápidas y transparentes sobre cómo enfrentar este doble reto.
