El cementerio municipal de El Santuario, Antioquia, quedó en caos tras el funeral masivo de Juan Pablo y Juan Alberto, dos jóvenes que murieron en un accidente de tránsito la madrugada del jueves anterior.
La multitud que se congregó el viernes 19 de septiembre para despedirlos terminó dejando botellas de licor vacías, tumbas vandalizadas y flores arrancadas de altares ajenos. Según reportes de testigos y videos en redes sociales, varios asistentes se subieron a las estructuras del cementerio, causando daños.
El accidente que provocó la muerte de los dos jóvenes ocurrió en el retorno 17 de la autopista Medellín-Bogotá, entre Marinilla y El Santuario. Además de las dos víctimas fatales, varios heridos fueron trasladados a centros asistenciales del Oriente Antioqueño.
La violencia dentro del camposanto generó indignación en la comunidad local. Usuarios en redes manifestaron su rechazo: “Que tristeza que nuestro bello municipio se haya llenado de desadaptados, gamines y drogadictos que no tienen ni un ápice de cultura”, se lee en comentarios públicos.
En un comunicado, los familiares de los fallecidos rechazaron los actos de vandalismo y se deslindaron de ellos, admitiendo que la tristeza alteró la solemnidad del sepelio. Ofrecieron disculpas a las familias afectadas e indicaron que tomarán “pasos concretos” para reparar los daños causados y apoyar la restauración del cementerio.
“Confiamos en que juntos podamos sanar este lamentable episodio y sembrar actitudes compasivas hacia los demás y el alma del cementerio”, concluyeron, enfatizando su disposición a colaborar con las autoridades para la reparación.
Las imágenes y denuncias sobre el vandalismo en el sepelio han abierto un debate sobre el respeto en espacios de duelo y la responsabilidad de quienes participan en actos públicos de esta naturaleza.
