La tensión estalló en el clásico Madrid-Barça cuando Vinícius Junior fue sustituido en el minuto 73 por Xabi Alonso y no ocultó su rabia.
El brasileño reaccionó con gestos claros de enfado, palabras dirigidas al entrenador y se marchó directamente al vestuario, ignorando los intentos del segundo entrenador, Sebas Parrilla, de tranquilizarlo.
Rodrygo, el jugador que entró en su lugar, le tendió la mano, pero Vinícius apenas respondió mientras mantenía su malestar visible hasta volver luego al banquillo.
Durante el partido, Vinícius dejó su sello ofensivo con cinco regates completados de seis intentos y fue clave en la jugada que inició el 2-1 a favor del Madrid, ya que dejó atrás a Koundé y asistió a Militao, quien luego habilitó a Bellingham para anotar.
A pesar de ello, Alonso optó por un cambio táctico con Rodrygo fresco en el ataque y con mayores responsabilidades defensivas, una tarea en la que Vinícius había sido cuestionado durante el partido, con jugadores rivales pidiéndole que bajara a defender.
Esta reacción evidenció una relación complicada entre Vinícius y Xabi Alonso, ya tensa desde el inicio de la temporada, cuando el brasileño fue suplente en dos de los primeros cinco partidos, incluido el estreno en Champions.
El clásico terminó marcando no solo la derrota momentánea para Vinícius sino un nuevo capítulo en la fricción interna del Real Madrid.


































