La violencia en Colombia se disparó en 2025 con un total de 458 combates reportados entre las Fuerzas Militares y grupos armados ilegales en 25 departamentos durante los primeros nueve meses del año, un aumento del 49 % frente a 2024, cuando hubo 307 enfrentamientos.
Los datos oficiales contradicen el discurso del presidente Gustavo Petro, quien en el último consejo de ministros minimizó el impacto de estas cifras y cuestionó los mapas de riesgo nacionales e internacionales. Petro aseguró que la violencia no ha cambiado desde 2019 y desestimó que haya 22 mil combatientes armados, argumentando que muchos son civiles sin armas que apoyan grupos ilegales.
El informe de inteligencia conocido por este medio señala un aumento del 6 % en la capacidad criminal de estas organizaciones durante el primer semestre de 2025. El ministro de Defensa, Pedro Sánchez, calificó este repunte como “una traición a la voluntad del Gobierno de alcanzar la paz total”.
Las zonas más impactadas son los departamentos de Caquetá, Putumayo, Meta, Guainía y Casanare, donde disidencias del Clan del Golfo, las estructuras criminales de Iván Mordisco y el ELN se disputan rutas y economías ilegales. Este grupo tiene reportados unos 7.551 miembros armados.
La Defensoría del Pueblo, a través de su Sistema de Alertas Tempranas, coincide en el aumento de la violencia, pero matiza que no todos los municipios enfrentan riesgos extremos ni control criminal absoluto. La defensora Iris Marín pidió no minimizar la gravedad y mantener coordinaciones para responder a las alertas.
Combates y secuestros mantienen la tensión
El 1 de octubre, en Cauca, la Brigada 29 del Ejército enfrentó combates intensos contra la estructura armada Dagoberto Ramos, considerada una de las disidencias más activas. Ese mismo día, la oficina de la ONU para los Derechos Humanos alertó sobre el secuestro de Sara Sofía González Fajardo, líder comunal en Jamundí, Valle del Cauca.
Desde la Sexta División del Ejército confirmaron la incautación en 2025 de 3,5 toneladas de marihuana y una tonelada de pasta base de coca, además de la captura de 16 miembros de redes de financiación criminal y el rescate de ocho menores reclutados a la fuerza.
Un general advirtió que la difícil logística en regiones como el Amazonas limita la acción militar. “Llegar a Leticia por tierra es imposible”, explicó. También señaló que los grupos ilegales han aumentado su poder tecnológico con drones y armamento, gracias a recursos del narcotráfico y minería ilegal, elevando el peligro contra soldados.
La escalada de violencia y el fortalecimiento de las estructuras criminales suponen un serio desafío para la seguridad en Colombia, que sigue enfrentando un conflicto armado interno pese a los esfuerzos del Gobierno para reducirlo.
