YouTube ya domina el mercado de video en televisores, superando a Netflix con un 13,1% frente al 8,7%, según datos de The Hollywood Reporter. Bajo la dirección de su CEO Neal Mohan, la plataforma se consolida como el epicentro global de la cultura digital, cambiando la forma en que consumimos contenidos audiovisuales.
En los últimos cuatro años, YouTube ha repartido más de 100.000 millones de dólares a creadores y gana terreno con la transmisión de contenido en pantallas grandes, que exigen mayor calidad y formatos pensados para TV. La generación de ingresos publicitarios sobrepasa los 36.000 millones anuales, con más de 3 millones de creadores en su Programa de Socios.
El giro más disruptivo ha sido la apuesta por deportes en vivo con un contrato multimillonario para el NFL Sunday Ticket, clave en la competencia contra la televisión tradicional. Este acuerdo, valorado en 2.000 millones de dólares anuales, incluyó la transmisión exclusiva del partido entre Los Angeles Chargers y Kansas City Chiefs, visto por 17,3 millones de televidentes, un récord para streaming deportivo.
“Queremos seguir fortaleciendo esa colaboración que todos vieron”, afirmó Mohan al resaltar la alianza con la NFL, mientras el comisionado Roger Goodell confirmó la intención de continuar con estos acuerdos.
El contenido también se descentraliza y diversifica. Creadores como Dhar Mann y Alan Chikin Chow producen contenido original fuera de Hollywood, impulsando polos creativos en zonas como Alabama. Así, YouTube se aleja del modelo clásico donde los grandes estudios controlan la producción, dejando a los creadores asumir totalmente riesgos financieros y creativos.
Este modelo genera debate. Aunque la plataforma ofrece herramientas y apoyo, hay quienes cuestionan la calidad “premium” del contenido. Una fuente anónima señaló a The Hollywood Reporter que “el valor de YouTube está en la plataforma, no en las personas”.
Pese a críticas, Mohan defiende la autonomía de los creadores:
“Los creadores controlan su destino y son dueños de su contenido”
. Esto permite que una diversidad de formatos y voces refleje las realidades sociales actuales.
La migración de formatos y géneros desde la TV tradicional hacia YouTube es clara. Programas de cocina, comedia e incluso shows nocturnos alcanzan nuevas audiencias gracias a la viralidad y la personalización del contenido que ofrece la plataforma. El histórico sketch “Lazy Sunday” de Saturday Night Live marcó hace dos décadas un punto de inflexión hacia esta transformación cultural.
En cifras, un reporte de KPMG coloca a YouTube como el segundo mayor inversionista en contenido después de Comcast, a la par con gigantes como Netflix y Paramount. Esto confirma su rol de fuerza dominante en el mercado audiovisual mundial.
En definitiva, YouTube ya no es solo un sitio para videos cortos o contenido amateur, sino un competidor serio para la televisión tradicional y las plataformas de streaming. Su fuerte inversión en deportes en vivo y el crecimiento de la economía de creadores mantienen a la empresa en una posición privilegiada frente a los cambios en el consumo global.
