En un laboratorio en el sur de China, investigadores lograron que una hoja de suculenta brille como un foco sin cables ni bombillas. La Universidad Agrícola del Sur de China, liderada por Shuting Liu, anunció la creación de plantas capaces de emitir luz visible durante hasta dos horas tras una exposición breve a la luz natural o LED.
El truco está en inyectar partículas de aluminato de estroncio, un material fosforescente similar al usado en pegatinas de fosforo. Estas partículas absorben la luz y la liberan lentamente, provocando un resplandor uniforme y persistente dentro de la estructura de las hojas carnosas. La suculenta Echeveria Mebina fue elegida por su tejido interno ideal para distribuir dichas partículas homogéneamente, dando un brillo intenso comparable al de una vela pequeña.
El procedimiento no requiere modificar el ADN de la planta, a diferencia de proyectos anteriores como la petunia luminosa de Light Bio en EE.UU., sino que se basa en la inyección directa de materiales sintéticos. Esto permite una gama de colores que incluyen verde, azul, rojo, naranja y blanco.
Cada planta se prepara en unos diez minutos con un costo aproximado de 1.30 euros. El equipo incluso armó un muro vegetal con 56 plantas que iluminaba lo suficiente para leer en un espacio reducido.
Pero no todo es entusiasmo. Hay preocupaciones sobre el impacto ambiental y la toxicidad de estas partículas cuando las plantas mueren o si se ingieren accidentalmente. El periodista Michael Le Page, en New Scientist, calificó la técnica de “truco barato” y criticó que no sea una modificación genética biodegradable. También Keith Wood, de Light Bio, expresó dudas sobre la salud y seguridad a largo plazo de estos materiales.
Los autores aseguran que las partículas fueron recubiertas para mejorar su biocompatibilidad, pero aceptan que falta más tiempo y pruebas para evaluar riesgos.
Luces naturales, ¿solución real o solo un experimento?
Aunque la idea suena a ciencia ficción –árboles sustituyendo farolas– la realidad científica impone límites. La fotosíntesis aprovecha menos del 2% de la luz solar para la planta y gran parte se usa en su metabolismo, lo que hace inviable convertir plantas en fuentes luminosas eficientes por ahora.
Lo que sí es un hecho es que estas suculentas demuestran por primera vez que es posible crear una “pantalla orgánica” capaz de almacenar energía luminosa y emitirla de forma visible. Más allá de su utilidad práctica inmediata, abren interrogantes sobre la integración de materiales sintéticos en organismos vivos y su futuro en iluminación sostenible.
Por ahora, las suculentas brillantes son un curioso experimento que mezcla biología y ingeniería, con riesgo ambiental pendiente de aclararse. En plena transición hacia nuevas fuentes de energía y luz, esta prueba china da un vistazo a lo que podría ser, mientras cautiva con su brillo hipnótico.
