Una cirugía radical para alargar las piernas está ganando popularidad en México y el mundo, a pesar de sus graves riesgos y dolorosa recuperación. Originalmente diseñada para corregir deformidades óseas graves o desigualdades en la longitud de las extremidades, ahora se usa por personas sanas que buscan aumentar su estatura unos centímetros.
El procedimiento, llamado alargamiento óseo por distracción, consiste en fracturar quirúrgicamente el fémur o la tibia y utilizar un dispositivo que estira el hueso días tras día, estimulando la formación de nuevo tejido óseo. Fue desarrollado en los años 50 por el cirujano soviético Gavriil Ilizárov.
La profesora Michelle Spear, especialista en anatomía de la Universidad de Bristol, advierte que aunque técnicamente casi cualquiera podría someterse a esta cirugía para ganar altura, el costo real es alto: meses de huesos rotos, tejido frágil, dolor constante y un proceso de fisioterapia exhaustivo.
“Para quienes solo buscan ganar altura, la pregunta sigue siendo si vale la pena soportar meses de dolor e incertidumbre.”
Además de la incapacidad prolongada, existen riesgos importantes como infecciones, daño nervioso y artritis futura. Los pacientes deben estar preparados para someterse a un largo proceso de recuperación y cuidados médicos intensivos.
En México, donde la estatura se asocia a menudo con éxito y liderazgo, esta cirugía controversial comienza a hacerse visible entre personas que la ven como una inversión para su vida personal y laboral. Sin embargo, expertos subrayan que estos beneficios son indiscutibles solo para quienes la necesitan por razones médicas.
Hoy, esta tendencia pone en alerta a especialistas, que recomiendan evaluar muy bien antes de optar por una intervención tan invasiva y dolorosa solo por estética.
