Han pasado más de seis años desde que explotó el conflicto en la cooperativa Cruz Azul, la cementera 100% mexicana más importante del país, y aún no hay solución a la vista.
El exlíder, Guillermo “Billy” Álvarez, fue depuesto y detenido, pero la disputa por el control sigue dividida entre dos grupos: uno liderado por Víctor Velázquez, acusado de sabotaje y terrorismo, y otro bajo la dirección de Federico Sarabia, quien está detenido.
La principal planta productora, que generaba el 25% del cemento de la empresa, permanece parada por casi tres años tras un corte arbitrario de luz. Esto ha bloqueado la producción clave en un país que enfrenta una alta demanda de cemento para la construcción de viviendas y obras públicas.
El gobierno federal ha permitido la apertura de importaciones para cubrir el déficit, pero fuentes consultadas señalan que políticos interesados en el negocio se benefician de esta medida, dificultando una salida al conflicto.
Mientras tanto, la cooperativa pasa por graves problemas financieros. El grupo de Sarabia mantiene el control de la planta inactiva, sin electricidad, sin producir, y sin ingresos. Por otro lado, Velázquez controla otras plantas que siguen operando, además de hoteles y otros negocios asociados.
Violencia ha marcado la disputa: un enfrentamiento en la planta principal dejó al menos ocho muertos y varios heridos tras un asalto de un grupo de choque repelido por trabajadores.
El litigio continúa en tribunales, pero las resoluciones favorables han alternado entre ambos bandos. Velázquez asegura tener respaldo desde la administración federal, facilitando su acceso a los fondos de la cooperativa.
En seis años, el conflicto ha provocado pérdidas por más de 100 mil millones de pesos y mantiene paralizada la producción en la planta más importante del país para la industria cementera. El gobierno federal no ha intervenido de forma decidida.
Los rumores entre trabajadores y expertos apuntan que algunos personajes políticos buscan prolongar el problema para quedarse con activos valiosos, en especial el equipo de futbol Cruz Azul, parte de la cooperativa.
Al cierre, ninguna solución concreta se avizora y la paralización del principal productor mexicano de cemento afecta a la industria y la economía nacional.
