Dinamarca alertó a Europa esta semana tras detectar vuelos sospechosos de drones sobre aeropuertos y bases militares en el norte y sur del país. La primera ministra Mette Frederiksen calificó estos eventos como “ataques híbridos” con objetivos claros: generar confusión, inseguridad y división.
En un mensaje en video emitido hoy, Frederiksen advirtió que estos incidentes no son aislados. Además de Dinamarca, Polonia, Estonia y Rumania han reportado actividades similares, desde drones hasta ciberataques y campañas de desinformación, todas bajo el mismo patrón para desestabilizar.
“Son ataques que debemos esperar que se repitan. Han puesto de manifiesto vulnerabilidades y su objetivo es crear inseguridad y división”, dijo Frederiksen.
Los aparatos no identificados fueron avistados en zonas sensibles, como la base militar francesa de Mourmelon-le-Grand y aeropuertos cercanos en Noruega y Dinamarca. Aunque Copenhague no ha descartado la implicación de Rusia, Moscú negó cualquier responsabilidad y calificó las acusaciones de infundadas.
Las tensiones se siguen acumulando. La semana pasada, Estonia denunció la entrada de tres aviones de combate rusos a su espacio aéreo, acusación que Rusia negó. Polonia y Rumania también reportaron drones que atribuyen al ejército ruso, mientras que Moscú sostiene que sus vuelos sobre el Báltico siguen normas internacionales.
Ante esta situación, Frederiksen lanzó un llamado urgente a Europa:
“Europa debe prepararse. Y debemos armarnos. Principalmente hay un país que supone una amenaza para la seguridad: Rusia.”
La primera ministra advierte que estos “ataques híbridos” combinan técnicas militares y políticas: drones, ciberataques, desinformación y manipulación electoral. La intención, dice, es desestabilizar países europeos y generar miedo.
Los gobiernos europeos ahora enfrentan un reto mayor para proteger su espacio aéreo y reforzar su seguridad ante una amenaza que mezcla guerra tecnológica y psicológica. La OTAN ha sido instada por líderes como Emmanuel Macron a buscar una respuesta coordinada, aunque se descartó abrir fuego contra aviones rusos para evitar escaladas.
Esta situación se da en un contexto de alta tensión entre Rusia y Occidente, donde la aparición de drones y vuelos no autorizados se ha convertido en un nuevo frente de confrontación. Dinamarca y sus aliados europeos preparan estrategias para enfrentar estos desafíos mientras crecen las sospechas sobre el origen de estas incursiones.
