La Casa Blanca afirmó esta semana que India redujo a la mitad sus compras de petróleo ruso, una versión que fuentes de India y datos de importación desmienten.
Un alto funcionario estadounidense dijo a Reuters que hubo conversaciones “productivas” entre delegaciones de ambos países. Según ese funcionario, las refinerías indias habrían recortado sus compras rusas en un 50%. Sin embargo, fuentes de la industria petrolera india aseguran que no hay ninguna instrucción oficial para reducir esas importaciones.
Contrario al relato de la Casa Blanca, la empresa de análisis de materias primas Kpler proyecta que India incrementará sus importaciones de crudo ruso un 20% este mes, alcanzando 1.9 millones de barriles diarios, hasta ahora el segundo mayor comprador global de petróleo ruso detrás de China.
El miércoles, el presidente Donald Trump afirmó en conferencia que el primer ministro Narendra Modi le aseguró que India dejaría de comprar crudo ruso. “No estamos contentos con que Modi compre petróleo de Rusia. Hoy me aseguró que no comprarán más petróleo ruso”, dijo Trump y añadió que ahora buscará que China haga lo mismo.
Pero el Ministerio de Asuntos Exteriores de India negó cualquier conversación reciente sobre el tema entre los líderes. Por su parte, el viceprimer ministro ruso, Alexánder Nóvak, reiteró que Moscú mantiene cooperación con India. “Nuestro recurso energético tiene demanda, es viable y práctico”, aseguró.
La tensión surge en un contexto donde Trump impuso un arancel adicional del 25% a productos indios el 27 de agosto, elevando la tasa total al 50% para bienes como ropa, gemas y muebles. Esta medida castiga las “grandes ganancias” que EE.UU. atribuye a India por la reventa de crudo ruso en “el mercado abierto”.
India defiende sus compras asegurando que contribuyen a la estabilidad global. El ministro de Petróleo indio, Hardeep Singh Puri, declaró en septiembre que “no hay sustituto para el segundo mayor productor del mundo, que suministra casi el 10% del petróleo mundial”.
La disputa refleja la complicada balanza geopolítica y económica entre EE.UU., India y Rusia en el mercado energético global.
