El Córdoba CF dejó atrás su crisis y ahora es un equipo sólido en la Segunda División. Lo que parecía un conjunto a la deriva hace apenas un mes, hoy presume seis jornadas consecutivas sumando puntos y una importante escalada en la tabla.
Bajo el mando de Iván Ania, el cambio no vino de grandes revoluciones tácticas, sino de recuperar el dominio en las áreas. En cinco partidos, redujeron a la mitad los goles recibidos, pasando de nueve a cinco entre la jornada 6 y la 11.
La pareja defensiva Rubén Alves y Fomeyem, junto a la mejora de Carlos Isaac y Albarrán, le dio consistencia atrás. Eso cambió la dinámica: el Córdoba dejó de regalar oportunidades y ganó seguridad pura. En una categoría tan pareja como esta liga, esa solidez pesa y mucho.
Delante, también mejoraron. Pasaron de cuatro goles en cinco fechas a nueve en el mismo lapso. El regreso de la confianza de Fuentes, la inspiración de Jacobo González y la aparición de Dalisson de Almeida en juego y balones parados volvieron a darle pegada al equipo.
Con esta racha, el Córdoba sumó 10 de los últimos 12 puntos y saltó del penúltimo puesto al filo del playoff, instalándose en zona media-alta de la tabla. Ahora están a sólo tres puntos del ascenso directo y a seis del liderato.
Este crecimiento refleja la hoja de ruta ya vista con Ania: comenzar con dudas y escalar constante conforme el equipo interioriza sus ideas. En la última campaña a estas alturas tenían 12 puntos y peleaban por no descender, ahora llevan 16 y sueñan con subir.
El Córdoba CF cambió el guion usando lo básico: defender mejor y ser más efectivos al ataque. Si mantienen esta regularidad, tienen camino para meterse de lleno en la pelea por el ascenso.


































