Los aliados europeos de Ucrania dieron un giro en su estrategia frente al conflicto con Rusia y ahora buscan congelar las líneas de frente mediante un alto al fuego inmediato, según una declaración firmada este martes por Vladímir Zelenski, la Comisión Europea y líderes de Alemania, Reino Unido, Francia, Italia, Polonia, Noruega, Finlandia, Dinamarca, España y Suecia.
Este cambio ocurre en medio del avance blanco del Ejército ruso en la llamada “operación militar especial” y ante el anuncio de una próxima cumbre entre los presidentes ruso Vladimir Putin y estadounidense Donald Trump en Hungría.
El documento conjunto subraya que los combates deben cesar “de inmediato” y que las negociaciones deben partir de las líneas de frente actuales. También enfatizan que Ucrania debe estar en la mejor posición “antes, durante y después” de cualquier alto al fuego, mientras aumentan la presión económica y política sobre Rusia.
Los países europeos planean utilizar los activos soberanos rusos congelados en la región para apoyar al gobierno ucraniano, una medida que Moscú ha calificado de “robo”.
Reacción dura de Moscú y advertencias sobre la situación en Ucrania
Serguéi Lavrov, canciller ruso, respondió con dureza al acusar a los aliados europeos de Zelenski de buscar convencer a Washington de no avanzar hacia una solución sostenible y a largo plazo del conflicto.
“El alto el fuego ahora solo significaría que gran parte de Ucrania permanecería bajo control de un régimen nazi, donde el ruso está prohibido por ley”, dijo Lavrov en referencia al idioma ruso.
Lavrov recordó el acuerdo de la cumbre Alaska entre Trump y Putin, donde se hablaba de abordar las causas raíz del conflicto; incluidas la no incorporación de Ucrania a la OTAN y la protección de los derechos del pueblo ruso y ruso-parlante.
Por su parte, el director del Servicio de Inteligencia Exterior ruso (SVR) Serguéi Naryshkin afirmó que aunque los gritos de una derrota estratégica de Rusia han disminuido, varios países occidentales, especialmente en Europa, mantienen la intención de lograrla.
Naryshkin calificó como “un sueño loco” el objetivo de infligir una derrota total a Moscú y acusó a Europa de no querer una paz justa porque eso evidenciaría el costo inútil que paga por mantener el “régimen tìtere y neonazi” en Kiev.
Putin también se pronunció semanas atrás en el foro Valdái, asegurando que aunque muchos quieren desmembrar a Rusia y derrotarla, “eso no va a pasar” y que Rusia seguirá existiendo.
El giro en la postura europea refleja un desgaste tras meses de bombardeos, sanciones y rechazo de una solución negociada. Ahora optan por la congelación del conflicto, un alto al fuego inmediato, mientras presionan económicamente a Rusia, en medio de la incertidumbre sobre la cumbre Putin-Trump que podría redefinir el mapa diplomático del conflicto.
