Heriberto, ex policía de investigación jubilado tras más de 35 años en el servicio, sufrió un fuerte ataque nervioso la noche del jueves 2 de octubre luego de ver imágenes de la manifestación anual por los sucesos de 1968 en la Ciudad de México.
El ex agente quedó en cama y sedado por orden médica tras descomponerse al presenciar cómo grupos identificados como el “Bloque Negro” cometían actos vandálicos mientras, según testigos, los policías en el lugar no intervenían para detenerlos. “Se puso furioso y frenético, no entendía cómo permitían esos delitos impunemente”, relató su esposa Lupita.
Los familiares explicaron que Heriberto fue obligado a participar en el controvertido “Batallón Olimpia” durante la represión estudiantil de 1968, aunque nunca hubo acción directa de su parte. Su experiencia le dejó una huella profunda, y ver hoy cómo operan los manifestantes violentos, muchos nacidos años después, exacerba sus recuerdos y frustración.
La familia decidió resguardar su estado de salud, y aunque algunos querían visitarlo, decidieron respetar el reposo y sedación que le mantienen bajo observación médica. Un primo comerciante, Saúl, cerró su tienda de antigüedades y joyería en el centro debido a la inseguridad que, aseguró, se repite cada año en estas fechas con robos y daños.
La manifestación del 2 de octubre, conmemoración obligada para recordar la masacre del 68, se vive cada año entre protestas pacíficas y desmanes cometidos por grupos identificados con el “Bloque Negro”. La tensión entre manifestantes y autoridades mantiene al veteranismo policial y familiares en estado de alerta y preocupación.
Este episodio revela la carga emocional que persiste entre quienes vivieron esos hechos y las nuevas generaciones que recogen la lupa sobre esas jornadas históricas, mezcladas hoy con hechos de violencia y vandalismo que complican la memoria y el reclamo social.
Heriberto sigue convaleciente en su domicilio, mientras la familia permanece atenta a su evolución.
