La escasa orientación académica y profesional desde edades tempranas en España está hundiendo las oportunidades laborales de los jóvenes y mantiene alta la tasa de abandono escolar, según el informe presentado esta semana por la Fundación Bertelsmann y la Universidad Autónoma de Madrid (UAM).
El estudio, que compara a España con países como Alemania, Reino Unido y Canadá, revela que una orientación profesional más eficaz, mejor financiada y profesionalizada reduciría significativamente el desempleo juvenil, que en España ronda el 27% entre jóvenes de 15 a 24 años. El abandono escolar temprano sigue alto, en 13% en 2024, la cifra más elevada entre las naciones analizadas.
El Grupo de Investigación sobre Políticas Educativas Supranacionales (GIPES) de la UAM advierte que la desconexión entre escuela y mundo laboral se debe en gran parte a la falta de orientación desde primaria y secundaria, lo que impacta directamente la empleabilidad y la permanencia en el sistema educativo.
En contraste, países como Canadá, Dinamarca y Reino Unido muestran mejores resultados al implementar prácticas laborales, visitas a empresas y ferias sobre el mundo profesional desde secundaria. “La orientación profesional no es un apoyo puntual, sino una inversión estratégica con impacto multiplicador,” dijo Sareena Hopkins, presidenta del Centro Internacional para el Desarrollo Profesional y las Políticas Públicas y directora ejecutiva de la Fundación Canadiense para el Desarrollo Profesional.
“Cuando los sistemas educativos sitúan el desarrollo personal y profesional del alumnado en el centro, mejoran resultados académicos, empleabilidad y bienestar,” agregó Hopkins.
El informe señala que a pesar de avances legislativos en España para incluir la orientación, persisten desigualdades territoriales en recursos y fragmentación en la oferta. También falta colaboración efectiva con el sector privado. Como solución, recomienda aumentar la financiación, integrar la orientación al currículo y capacitar mejor a orientadores, docentes y tutores.
Además, destaca que la colaboración entre escuelas y empresas debe intensificarse para facilitar prácticas y experiencias en entornos reales, como ya hacen Alemania, donde la Agencia Federal de Empleo ofrece itinerarios personalizados, o Dinamarca, que obliga a realizar prácticas en secundaria.
El estudio concluye que los países que suman estos elementos logran menores tasas de abandono escolar y mayor inserción laboral juvenil, una ruta pendiente para España que hoy enfrenta uno de los mayores retos en su sistema educativo y mercado laboral.


































