Quito vivió ayer una jornada de tensión y represión por el Día de la Resistencia, con bloqueos y enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad.
Cerca de 7 mil policías y militares intentaron cerrar los accesos a la capital para impedir la movilización popular, campesina e indígena. Sin embargo, en varios puntos de la ciudad principales avenidas fueron bloqueadas por los protestantes.
La movilización que cumple ya 21 días en el marco del paro nacional fue reprimida con grandes cantidades de gases lacrimógenos. Además, la policía detuvo a un número no precisado de personas por portar carteles, capuchas o signos de apoyo a la protesta.
En los operativos, oficiales abordaron camiones y estaciones de transporte para detener indígenas que presuntamente viajaban hacia o desde Quito. Algunos detenidos denunciaron racismo por ser retenidos según su vestimenta o apariencia.
La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) denunció infiltración policial en las protestas y tácticas como falsos positivos y acciones de falsa bandera para justificar la represión. Videos circulan mostrando encapuchados operando junto a policías entrando en casas de la comunidad San Miguel del Común, al norte de Quito.
Las protestas no se limitaron a la capital. En provincias como Imbabura, Chimborazo y Guayas también hubo movilizaciones contra las políticas económicas del presidente Daniel Noboa, especialmente las reformas respaldadas por el Fondo Monetario Internacional.
Los manifestantes exigen la reducción del IVA, la eliminación del aumento al precio del diésel y la derogación de leyes que favorecen la minería y perdonan las deudas a grandes empresas, entre ellas la corporación del propio mandatario.
El gobierno instaló un Puesto de Mando Unificado para seguir la protesta pero no dio cifras oficiales de bloqueos, detenidos o heridos. El ministro del Interior, John Reimberg, aseguró vía redes sociales que la policía mantiene el orden y que algunos manifestantes arrojaron proyectiles contra helicópteros, lo que justificó la respuesta de las fuerzas de seguridad.
“Nadie puede venir a tomarse por la fuerza la capital de todos los ecuatorianos… a los que eligen la violencia los espera la ley”, dijo Noboa en su cuenta de X.
El gobierno mantiene estado de excepción en 16 provincias y toque de queda en cinco de ellas. Durante la tarde, la lluvia dispersó parcialmente las manifestaciones en Quito y la policía avanzó despejando vías y reteniendo a quienes intentaban protestar.
Los dirigentes indígenas advirtieron que las protestas continuarán esta semana. Al cierre, se activaron alertas por nuevos focos en el norte capitalino y en Imbabura.
