El presidente colombiano Gustavo Petro lanzó una propuesta polémica para crear un “ejército de la salvación del mundo” que proteja a la población palestina, garantice la justicia internacional y enfrente la crisis climática. La iniciativa se dio a conocer el 24 de septiembre a través de su cuenta en la red social X.
Petro expuso que esta fuerza global sería un mecanismo para evitar intervenciones militares unilaterales violentas y prevenir genocidios y crímenes contra la humanidad. Aclaró que no busca interferir con la autodeterminación de los pueblos, sino salvaguardar derechos humanos y reactivar la diplomacia entre israelíes y palestinos.
Su planteamiento responde a una intervención del presidente indonesio Prabowo Subianto ante la ONU, donde ofreció enviar más de veinte mil soldados para proteger civiles en Gaza y otras zonas de conflicto. Petro amplió el debate para exigir una acción multilateral más coordinada y democrática.
“El ejército de la Salvación del mundo debe proteger de inmediato a la población Palestina del genocidio y asegurar que se abra de nuevo la diplomacia para la paz entre el pueblo israelí y el pueblo Palestino”
Además, Petro incluyó en la agenda la crisis climática, argumentando que la comunidad internacional necesita un mecanismo que asegure el cumplimiento y protección global ante el avance del cambio climático. Criticó “al ejército más poderoso del mundo” y a su gobierno por negar la ciencia y bloquear acciones efectivas.
En un pasaje duro de su discurso en la Asamblea General de la ONU, Petro acusó al expresidente Donald Trump y su administración de complicidad en genocidio y de usar la migración para justificar políticas racistas. También vincula la política exterior de Estados Unidos con la mafia de la cocaína en Colombia y el Caribe.
“Los jóvenes asesinados con misiles en el Caribe no eran del Tren Aragua ni de Hamas, eran caribeños, posiblemente colombianos”
La delegación estadounidense abandonó la sala durante su intervención en Nueva York, en respuesta a estas críticas.
Petro reiteró que la solución pasa por un multilateralismo auténtico y una democracia global que anteponga el interés colectivo sobre las grandes potencias.
