Chapula, comunidad indígena del municipio de Tianguistengo, sigue en crisis tras las lluvias torrenciales del 10 y 11 de octubre que causaron inundaciones y deslizamientos, sepultando calles y viviendas.
El Instituto Nacional de Pueblos Indígenas (INPI) realizó un encuentro con habitantes para evaluar la habitabilidad de la zona. En la reunión, funcionarios del INPI prometieron apoyos federales, incluyendo estudios topográficos y de seguridad, además de supervisión en infraestructura y rutas de evacuación por Protección Civil estatal.
El riesgo sigue latente: el gobernador Julio Menchaca Salazar dijo que Chapula podría quedar inhabitable por el desbordamiento del río y el deslizamiento de tierra. Sin embargo, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo insistió en que cualquier reubicación debe hacerse con la aprobación de los pobladores.
En caso de que se confirme que no es seguro vivir en Chapula, el gobierno gestionará la reubicación dentro del mismo municipio, aseguraron autoridades del INPI.
Los vecinos pidieron apoyo para reparar las casas que quedaron en pie, rechazaron depender de refugios o casas de familiares en otras comunidades y empezaron limpieza con palas y cubetas. “No es posible seguir viviendo regados en casas ajenas o en la galera de la comunidad”, dijo uno de los afectados.
El INPI también está en contacto con familias de cinco desaparecidos para coordinar ayuda y seguimiento.
La situación en Chapula evidencia la fragilidad de comunidades indígenas ante desastres naturales severos y la urgencia de respuestas claras de las autoridades federales y estatales.


































