La inseguridad, la incertidumbre fiscal y la presión comercial son los principales obstáculos para la inversión y el crecimiento económico en México, alertó el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) y una encuesta del Banco de México.
El IMEF destacó que estados como Michoacán y Sinaloa siguen mostrando alta incidencia delictiva que frena la confianza empresarial. Además, la incertidumbre fiscal generada por el aumento de impuestos impulsado por el gobierno de Claudia Sheinbaum afecta la planeación financiera de empresas. También pesa la política proteccionista internacional, incluida la presión arancelaria desde Estados Unidos, bajo la administración de Donald Trump, que complica las exportaciones.
Gabriela Gutiérrez Mora, presidenta del IMEF, subrayó que estos factores, junto con un marco jurídico cambiante por la reforma judicial, minan la inversión privada y mantienen estancadas las actividades industriales y manufacturas.
Las cifras recientes confirman este panorama. El Producto Interno Bruto (PIB) del tercer trimestre de 2025 se contrajo un 0.3% en términos trimestrales y 0.2% anual, según datos desestacionalizados. Para todo el año, analistas prevén un crecimiento limitado de apenas 0.5% a 0.7%.
El sector manufacturero lleva 19 meses en fase contractiva, aunque el índice manufacturero mostró una ligera recuperación con 47.2 puntos, aún por debajo del umbral de expansión (50 puntos). El índice no manufacturero superó ligeramente ese umbral con 50.4, sugiriendo un posible cambio en el sector servicios y comercio, pero sin consolidar una tendencia sólida.
“Los grandes obstáculos a la inversión siguen siendo la inseguridad, el incierto marco jurídico y la incertidumbre fiscal”, afirmó el IMEF.
La Encuesta sobre Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado (octubre 2025) señaló que la inseguridad pública es el problema más nombrado entre economistas, seguido de la corrupción, la impunidad, y la falta de Estado de derecho. También hay preocupación por la política económica interna, la debilidad del mercado interno y la incertidumbre en gasto público y política interna.
En resumen, la combinación de problemas sociales, fiscales y comerciales comprime la actividad económica. La recuperación luce débil y la inversión privada acumula once meses de caída continua, lo que hace difícil que México retome un ritmo sano de crecimiento en el corto plazo.

































