Sanae Takaichi fue elegida hoy primera ministra de Japón, convirtiéndose en la primera mujer en ocupar ese cargo en la historia del país. La política conservadora y seguidora del expresidente Shinzo Abe obtuvo 237 votos en la Cámara Baja, mayoría suficiente para reemplazar a Shigeru Ishiba, quien renunció tras recientes derrotas electorales.
La victoria de Takaichi llega en un momento clave para Japón, que enfrenta una economía golpeada por la inflación y una deuda pública abrumadora. Su partido, el Partido Liberal Democrático, llegó a un acuerdo de coalición con el derechista Partido de la Innovación de Japón (Ishin) para asegurar la votación. Sin embargo, juntos no cuentan con mayoría en ambas cámaras, un reto que obligará a Takaichi a negociar con la oposición para gobernar de manera estable.
Como discípula política de Abe y admiradora de Margaret Thatcher, Takaichi promete un giro más duro en temas migratorios y sociales, además de impulsar gasto público para reactivar la economía. Esto ha generado reacciones encontradas: mientras el mercado bursátil Nikkei alcanza máximos históricos, inversores manifiestan preocupaciones sobre la capacidad del gobierno para financiar sus planes.
“Los dos partidos no disponen de mayoría en ninguna de las dos cámaras y necesitarán asegurar más de la mitad de los escaños para un gobierno estable”, dijo el politólogo Tadashi Mori.
El equipo de Takaichi tendrá que adaptar las políticas económicas tradicionales del llamado “Abenomics”, diseñadas para combatir la deflación, a un escenario actual de inflación y precios al alza. Expertos advierten que un nuevo estímulo fiscal podría debilitar aún más el yen y no frenar la escalada de los precios.
Takaichi también fue confirmada por la Cámara Alta y jurará como la 104ª primera ministra de Japón más tarde esta misma jornada. Su nombramiento marca un cambio histórico en un país donde el liderazgo femenino ha sido limitado y avanza una agenda conservadora en medio de tensiones sociales y económicas.
