El kéfir, una bebida fermentada ancestral, gana popularidad en México por sus beneficios para la salud. Originario de la fermentación de leche con granos que contienen bacterias y levaduras, se puede preparar con leche de vaca, cabra, soya o incluso coco.
La Asociación de Intolerantes a la Lactosa España destaca que el kéfir ofrece una mezcla potente de probióticos y multivitamínicos, incluyendo vitamina B12, calcio, magnesio, K2, biotina y folato. Estos nutrientes trabajan juntos para fortalecer el sistema inmunológico y proteger las células del cuerpo.
Además, mejora la absorción de calcio, lo que ayuda a fortalecer los huesos. Estudios sugieren que el consumo regular de kéfir reduce la probabilidad de desarrollar cáncer y contribuye a la disminución de problemas respiratorios como alergias y asma.
El kéfir también ayuda a la digestión y alivia los síntomas de la intolerancia a la lactosa, una condición común en el país. Sus probióticos mejoran la salud intestinal, mientras que sus enzimas facilitan la digestión de la lactosa, beneficiando a quienes no toleran bien los lácteos.
Por si fuera poco, esta bebida natural mejora la cicatrización de heridas en la piel y puede proteger el tejido conectivo, según la información oficial de la asociación. Todo esto convierte al kéfir en una opción viable y saludable para consumidores mexicanos en busca de alternativas naturales con respaldo científico.
El kéfir ha sido consumido durante milenios, y ahora más que nunca, su valor nutricional es reconocido globalmente. Su facilidad para adaptarse a distintos tipos de leche amplía su atractivo para diferentes dietas y preferencias. El consumo diario puede ser un aliado para quienes buscan cuidar su salud inmunológica y digestiva.
