La Reserva Federal de Estados Unidos anunciará esta semana un recorte de un cuarto de punto porcentual en su tasa de interés, reduciéndola al rango de 3.75% a 4.00%, en medio de señales claras de desaceleración en el mercado laboral y una inflación que comienza a moderarse.
El ajuste será el segundo recorte del año y responde a datos como el aumento en las solicitudes de seguro de desempleo y la publicación del índice de precios al consumidor que mostró un avance anual del 3% para septiembre, cifras que refuerzan las expectativas de más flexibilización en el futuro cercano.
El cierre parcial del gobierno estadounidense ha retrasado la publicación de indicadores clave, como la tasa de desempleo, que en agosto se situó en 4.3%. Pese a esto, la Fed muestra voluntad de actuar para evitar un deterioro mayor en el mercado laboral.
El comunicado de la Fed incluirá referencias a “ajustes adicionales” en la política monetaria, según adelantó la vicepresidenta de supervisión, Michelle Bowman, lo que sugiere que no será el último recorte este año pese a la división interna entre los miembros del Comité Federal de Mercado Abierto.
El presidente Jerome Powell mantendrá un discurso cauteloso en su conferencia posterior al anuncio, evitando comprometerse con movimientos específicos para diciembre, en espera de nuevos datos que podrían cambiar el panorama. Expertos de Deutsche Bank apuntan que Powell prefieren mantener abiertas las opciones hasta fin de año.
Hay también presión política para que la Fed continúe con ajustes a la baja, ya que el gobierno de Donald Trump ha expresado abiertamente su deseo por tasas más bajas. Sin embargo, entre los responsables de política monetaria persiste el debate sobre el equilibrio entre controlar la inflación y apoyar el crecimiento laboral.
Por otro lado, Stephen Miran, nuevo gobernador de la Fed, podría manifestar esta semana opiniones favorables a recortes más profundos, como lo hizo en la reunión pasada al apoyar un recorte mayor al anunciado.
Además de la decisión sobre tasas, la Fed podría anunciar que pronto dejará de reducir su balance – la llamada política de ajuste cuantitativo – lo que marcaría un cambio en la normalización monetaria iniciada hace años.
Los mercados financieros ya descuentan más recortes para las reuniones de diciembre y enero, mientras se mantienen atentos a cualquier señal sobre el rumbo de la economía global y las negociaciones comerciales internacionales que podrían alterar las perspectivas de inflación y crecimiento.
Con la reapertura del gobierno y la consecuente llegada de nuevos datos económicos en las próximas semanas, la Fed tendrá un panorama más claro para ajustar su política y planear la hoja de ruta para lo que queda del año.


































