El presidente interino de Siria, Ahmed al Sharaa, exigió unidad nacional y un fin a las divisiones internas en su primer discurso ante la Asamblea General de la ONU, en Nueva York.
La intervención marca un momento histórico: es la primera vez en casi 60 años que un mandatario sirio participa en un evento de este nivel dentro de la ONU, tras el fin de más de cinco décadas del régimen familiar de los Al Asad.
Al Sharaa reafirmó rechazo “a cualquier intento de división interna” y destacó la necesidad de consolidar un marco estable institucional para la reconstrucción del país después de años de guerra civil, sanciones y aislamiento internacional.
En sus primeras declaraciones públicas a líderes y diplomáticos mundiales recordó que vio “un amor sincero y esperanzas vivas para que Siria prospere, crezca y recupere su salud”.
Miles de sirios siguieron la transmisión oficial en plazas públicas, acompañados de fuegos artificiales, mostrando una atmósfera festiva y apoyo popular a la reinserción del país en foros multilaterales, confirmaron medios como Al Jazeera.
Promesas y cambios en Siria
El mandatario aseguró que se han iniciado procesos de estabilización y la creación de nuevas instituciones. Habló de preparar elecciones y abrir la puerta a inversión extranjera para reactivar la economía, siempre condicionada a la eliminación de sanciones internacionales, “un lastre para la recuperación económica y la vida cotidiana”, dijo.
Esta postura de distensión coincide con un cambio en la política de Estados Unidos, que en julio decidió retirar al grupo Hayat Tahrir al Sham (HTS) de su lista de organizaciones terroristas. HTS estuvo liderado por Al Sharaa antes de su ascenso a la presidencia y controlaba amplios territorios en el norte sirio, principalmente en Idlib.
Su carrera política incluye liderar la alianza islamista Organismo de Liberación del Levante y fundar la filial siria de Al Qaeda, parte central del contexto previo al cambio de régimen.
Al Sharaa se distanció explícitamente del grupo Estado Islámico, afirmando ser “la mayor víctima” de esa organización, que catalogó de responsable de atrocidades y crímenes de guerra. “Miles de miembros de mi grupo murieron combatiendo contra Estado Islámico”, afirmó.
El presidente transitorio también descartó represalias contra actores internos o externos involucrados en el conflicto, abogando por la tolerancia y el respeto para reconstruir Siria. Según dijo, recibió felicitaciones de varios líderes mundiales durante su estadía en Nueva York por los logros obtenidos.
El discurso de Ahmed al Sharaa abre una nueva etapa política en Siria, un país que da señales de abandonar un pasado marcado por décadas de autoritarismo, guerra y aislamiento internacional.
