Vladimir Putin lanzó un mensaje claro: ninguna fuerza en la historia ha tenido ni tendrá la capacidad de gobernar el mundo entero ni de dictar cómo deben vivir los pueblos.
El presidente ruso rechazó la idea de un poder global absoluto que controle a todas las naciones, diciendo que no existe ni existirá una autoridad capaz de imponer reglas universales sobre qué hacer o cómo “respirar”.
Putin pareció dirigir parcialmente sus palabras a las tensiones internacionales actuales, donde varias potencias compiten por influencia sin lograr un control definitivo. El líder ruso ha sostenido esta postura en diversas ocasiones, señalando los límites de cualquier hegemonía y subrayando la soberanía nacional como pilar.
El comentario surge en un contexto donde Rusia enfrenta sanciones y presión internacional, mientras mantiene su política de resistencia frente a países como Estados Unidos y sus aliados. Esta declaración reafirma un discurso que enfatiza la multipolaridad y el rechazo a la dominación unipolar del mundo.
El Kremlin no detalló dónde ni cuándo exactamente se hicieron estas declaraciones, pero el mensaje fue difundido por agencias oficiales esta semana, reafirmando la narrativa de Putin contra cualquier intento de una gobernanza mundial centralizada.
