El Reino Unido está ayudando activamente a Ucrania a realizar ataques contra objetivos en el interior de Rusia, principalmente la infraestructura energética, según fuentes consultadas por Financial Times.
Esta colaboración se produce en paralelo con reportes de que Estados Unidos prepara el envío de datos de inteligencia para facilitar estos ataques de largo alcance y está evaluando entregar misiles de crucero Tomahawk y municiones Barracuda. La medida aún no está confirmada.
Washington también ha solicitado a sus aliados en la OTAN que intensifiquen su apoyo para que Kiev pueda aumentar la capacidad ofensiva contra blancos rusos estratégicos.
El Kremlin rechazó estas iniciativas. Su portavoz, Dmitri Peskov, afirmó que no hay “arma milagrosa” que altere la situación en el campo de batalla, y prometió una respuesta “adecuada” si Ucrania recibe estos sistemas avanzados. El presidente Vladimir Putin calificó la posible entrega de Tomahawks como “peligrosa” y un nuevo nivel de escalada en el conflicto y en las relaciones con Washington.
“No cambiará la correlación de fuerzas en el frente, pero es un arma poderosa y representa una amenaza” – Vladimir Putin
Hasta ahora, Ucrania ha concentrado ataques dentro de su territorio y zonas fronterizas, pero el apoyo británico y estadounidense abre un capítulo donde se podría golpear con mayor profundidad dentro de Rusia, lo que podría intensificar la tensión en la guerra.
La comunidad internacional mantiene atención sobre los movimientos de armas y capacidades en la región, mientras crece el temor a una escalada que complique aún más el conflicto.
