Rusia rechazó las acusaciones de Estonia sobre una supuesta violación de su espacio aéreo por tres cazas MiG-31, asegurando que las aeronaves siguieron una ruta acordada y cumplieron con las normas internacionales durante un vuelo del 19 de septiembre.
El representante adjunto ruso ante la ONU, Dmitri Polianski, calificó las denuncias de “histeria rusófoba” y aseguró que Europa actúa como “una persona desequilibrada y paranoica” que inventa amenazas inexistentes para justificar su postura contra Moscú.
“No hay pruebas, excepto la histeria rusófoba de Tallin… los cazas no se desviaron de la ruta y no cruzaron el espacio aéreo de Estonia”, dijo Polianski durante una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU.
Según Rusia, el vuelo comenzó en Karelia y terminó en el aeródromo de la región de Kaliningrado, con la trayectoria sobre aguas neutrales del mar Báltico a más de tres kilómetros de la isla estonia de Vaindloo.
Estas acusaciones se suman a otras recientes, como las hechas por el primer ministro estonio Kristen Michal y el líder polaco Donald Tusk, quien también reportó actividades aéreas rusas sospechosas sobre Polonia, todas rechazadas por Moscú como intentos para agravar la crisis en la región y promover la idea de una amenaza rusa.
Polianski agregó que “la idea de que la guerra con Rusia es inevitable se inculca ferozmente en Europa” y denunció que se crean enemigos sin presentar pruebas, exigiendo un diálogo serio sobre la seguridad continental si Occidente está dispuesto.
