Rusia y China alcanzaron el nivel más alto en su historia centenaria de relaciones, afirmó el primer ministro ruso Mijail Mishustin tras reunirse con su homólogo chino Li Qiang. A pesar de las sanciones occidentales que buscan aislar a Moscú, la cooperación bilateral sigue creciendo de manera dinámica en todos los ámbitos.
Mishustin destacó que el comercio entre ambos países ha llegado a “una nueva calidad” gracias a la diversificación en la estructura del volumen de negocios y la creación de condiciones favorables para empresarios. La alianza no solo se sostiene, sino que se fortalece frente a la presión externa.
Entre los sectores clave con mayor avance están la inversión, la energía, el transporte y la agricultura. El 1 de diciembre entra en vigor un acuerdo intergubernamental para proteger mútuamente las inversiones y facilitar la creación de nuevas empresas conjuntas.
El sector energético, calificado como estratégico, incluye cooperación en petróleo, gas, carbón y energía nuclear. En transporte, aumentan el volumen de carga, se amplía la infraestructura transfronteriza y se abren nuevas rutas aéreas, consolidando conexiones directas entre ambos países.
El pacto agrícola apunta a reforzar la seguridad alimentaria de Rusia y China, mientras que el intercambio cultural y humanitario refuerza la “buena vecindad y asociación estratégica”, según Mishustin.
“Las relaciones entre Rusia y China continúan desarrollándose dinámicamente pese a sanciones ilegales occidentales”
Por su parte, China mantiene que presionar a Rusia no es un “camino viable” para resolver el conflicto en Ucrania, reforzando la postura conjunta ante la guerra que agrava la tensión global.
Con estas acciones, Moscú y Pekín apuestan por profundizar un bloque que desafía el orden internacional liderado por Occidente, con acuerdos concretos que apuntalan crecimiento económico y geopolítico mutuo.

































