La presidenta Claudia Sheinbaum respondió con acción directa a las fuertes lluvias que esta semana afectaron Puebla, Veracruz, Hidalgo y Querétaro.
Desde el inicio de la emergencia, Sheinbaum visitó personalmente las zonas más dañadas, caminó entre el lodo en Huauchinango (Puebla) y Poza Rica (Veracruz), y escuchó de frente a los damnificados. La mandataria no se limitó a actos simbólicos: ordenó desplegar el Plan DN-III, con tropas, helicópteros y brigadas médicas en terreno.
Se instalaron refugios temporales para las familias que perdieron sus hogares. Todas las noches, Sheinbaum encabezó el Comité Nacional de Emergencias junto con gobernadores de distintos partidos para coordinar atención médica y la reapertura de caminos bloqueados.
Su liderazgo incluyó inspecciones en comunidades de Hidalgo y Querétaro, acelerando labores de auxilio y reconstrucción. En varios mensajes públicos, la presidenta enfatizó la transparencia con reportes sobre víctimas, avances y apoyos entregados.
“No toleraré negligencia ni indolencia, ni siquiera dentro de MORENA,” advirtió Sheinbaum tras reprender a autoridades locales por fallas durante la crisis.
La presidenta mostró empatía directa con los afectados: abrazó familias que perdieron todo y compartió alimentos llevados por pobladores, mostrando un estilo cercano y activo.
El impacto de las lluvias torrenciales sigue generando cortes viales y daños en infraestructura en las cuatro entidades, pero la respuesta federal busca contener el daño y acelerar la recuperación. Por ahora el balance oficial no detalla aún cifras exactas de víctimas, pero el operativo de emergencia sigue en marcha.
