La jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum Pardo, anunció un acuerdo con las empresas refresqueras para reducir en un 30% el contenido de azúcar en sus productos en México.
Este convenio no busca aumentar la recaudación fiscal, aclaró, sino disminuir el consumo de bebidas azucaradas para mejorar la salud pública y combatir enfermedades como la diabetes, hipertensión y obesidad.
La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) será la encargada de supervisar y verificar que las empresas cumplan con la reducción pactada.
“Si no cumplen, el gobierno de México tiene muchísimas herramientas para generar mecanismos más fuertes”, advirtió Sheinbaum.
El subsecretario de Integración y Desarrollo del Sector Salud, Eduardo Clark, calificó el acuerdo como un avance clave para la salud pública y destacó que se pretende que México deje de ser el mayor consumidor per cápita de refrescos en el mundo.
El sector refresquero, con Coca-Cola a la cabeza, se comprometió a no dirigir publicidad a menores y a eliminar la promoción de presentaciones grandes, como los envases de tres litros, buscando evitar que los niños comiencen a consumir refrescos desde temprana edad.
Sheinbaum subrayó que, además, el gobierno se reserva el derecho de revisar futuros acuerdos si detecta incumplimientos, especialmente en lo relacionado con la publicidad a niños y adolescentes.
La medida se suma a la estrategia del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) para reducir el consumo de azúcar, no para aumentar la carga impositiva.
La reducción en el azúcar es una apuesta directa para bajar las tasas de enfermedades crónicas ligadas al consumo excesivo de refrescos, que siguen siendo uno de los principales problemas de salud pública en México.
