Morelia vive su segundo día consecutivo de disturbios en protesta por el asesinato del presidente municipal de Uruapan, Carlos Manzo Rodríguez, ocurrido el 1 de noviembre.
Este lunes, manifestantes jóvenes, visiblemente indignados, marcharon desde el Monumento a Lázaro Cárdenas hacia el Palacio de Gobierno de Michoacán. En el camino, se detuvieron frente al Congreso del Estado, donde reiteraron la exigencia de justicia y la renuncia del gobernador Alfredo Ramírez Bedolla.
La movilización se tornó violenta cuando los manifestantes intentaron retirar las vallas de seguridad instaladas alrededor del Palacio de Gobierno, que ha permanecido resguardado desde el domingo tras los disturbios iniciales. Elementos de seguridad estatal respondieron con gas lacrimógeno para dispersar a la multitud.
“¡Justicia, justicia, justicia!”
Fue la consigna repetida mientras los contingentes avanzaban, pidiendo que se esclarezca el ataque armado que acabó con la vida del alcalde. Carlos Manzo fue despedido este domingo en Uruapan con un homenaje póstumo que reafirmó la exigencia social de justicia.
La crisis política en Michoacán se profundiza. La presión contra el gobernador Bedolla no cesa y los manifestantes responsabilizan a su administración por la inseguridad que vive la región.
Hasta el momento no se ha informado de detenidos ni nuevos lesionados, pero el ambiente en el centro de Morelia permanece tenso. Las autoridades mantienen custodia reforzada alrededor del Palacio de Gobierno y el Congreso del Estado.
La protesta de hoy confirma un clima de alta tensión a dos días de la muerte de Manzo Rodríguez, uno de los funcionarios municipales más recientes víctimas de la violencia en el estado.
						
									

































