La Casa Blanca anunció que las empresas tendrán que pagar 100,000 dólares por cada visa H1-B para empleados temporales altamente calificados, una medida que desató fuertes críticas en el sector tecnológico.
La tarifa afecta a gigantes como Amazon, Microsoft y Meta, empresas que dependen de talento extranjero, especialmente de India y China. El aumento puede elevar costos en millones y golpear con fuerza a nuevas startups que no podrán asumir el gasto adicional.
La confusión se desató tras el anuncio del viernes, obligado a la Casa Blanca a aclarar que la tarifa será única, no anual, y que los titulares actuales y quienes están afuera no pagarán el nuevo cargo.
Esther Crawford, ex directiva de Twitter y ahora en Meta, dijo:
“Los inmigrantes altamente calificados no nos quitan, construyen con nosotros. Algunos de los mejores colegas en mi carrera han sido titulares de H-1B que persiguen su propio sueño americano”.
Muchos ejecutivos de Big Tech han permanecido callados públicamente, pese a que estas visas son la base para atraer talento global y mantenerse competitivos.
Por su parte, Andrew Ng, fundador de DeepLearningAI, condenó el anuncio en LinkedIn y pidió atraer más talento en lugar de crear incertidumbre.
El presidente de Netflix, Reed Hastings, celebró en X que la tarifa obligará a usar visas solo para empleos “de muy alto valor” y dará certeza a quienes la tengan.
Pero David Seidman, de Plaid, advirtió que al menos una empresa tech dejará de contratar en EU para mudar operaciones a India o Canadá.
El aumento forma parte de una política más dura de la administración Trump contra la inmigración, que incluye intensificar seguridad en la frontera y redadas a trabajadores menos calificados. Recientemente, ICE allanó una planta de Hyundai en Georgia, aumentando tensiones con Corea del Sur.
Economistas advierten que el alza puede agravar la escasez de personal en EE. UU., presionar la productividad y generar fuga de cerebros al encarecer la permanencia de estudiantes y trabajadores extranjeros.
Tras el anuncio hubo caos entre viajeros. Algunos regresaron impulsivamente a casa y otros evitaron vuelos al extranjero, hasta que la Casa Blanca dio sus aclaraciones.
Este cambio supone un golpe inmediato para el sector que ha aportado millones a la campaña de reelección de Trump y que hasta ahora disfrutaba de un flujo constante de talento global.
