La Casa Blanca comenzó esta semana su demolición parcial por orden del presidente Donald Trump. El ala este del emblemático edificio fue derribada para dar paso a la construcción de un nuevo salón de baile, que casi duplicará el tamaño actual de la residencia presidencial.
El proyecto contempla un espacio de más de 8,300 metros cuadrados donde se podrán reunir hasta 1,000 personas. Este cambio implica la mayor transformación que ha sufrido la Casa Blanca desde su construcción, con un costo estimado en 250 millones de dólares, informó Trump, quien adelantó que se financiará con donaciones privadas.
El nuevo salón de baile buscará ampliar la capacidad para cenas de Estado y eventos oficiales que actualmente tienen limitantes dentro de la casa ubicada en 1600 Pennsylvania Avenue, Washington D.C. Las imágenes circulan ya mostrando la demolición de la fachada del ala este.
Por tradición, las visitas a la Casa Blanca son gratuitas pero requieren trámite previo a través de un congresista y se ajustan a horarios específicos de martes a sábado.
Esta obra representa un cambio radical en un símbolo mundial de la presidencia estadounidense, con el objetivo claro de darle un espacio más amplio para eventos sociales oficiales. Esta semana se mantienen los trabajos con ritmo acelerado para cumplir con los planes.
