Este miércoles, el Senado de Uruguay aprobó con 20 votos a favor una ley que autoriza la eutanasia bajo condiciones específicas. Se trata de la primera legislación en América Latina que regula la muerte asistida, un tema que hasta ahora sólo había sido abordado por fallos judiciales en países como Colombia y Ecuador.
La norma, llamada Muerte Digna, establece que solo podrán acceder a la eutanasia pacientes mayores de edad, ciudadanos o residentes, que estén en etapa terminal, padezcan una enfermedad incurable o sufrimientos intolerables y estén en pleno uso de sus facultades mentales. Además, deberán pasar por varias instancias previas antes de dejar su voluntad por escrito.
El debate en el Senado duró más de diez horas, con momentos de emoción y respeto entre legisladores. Sin embargo, también hubo tensión. Una persona en las gradas interrumpió con gritos de «asesinos», frenando los aplausos y abrazos de los parlamentarios que respaldaron la ley.
Daniel Borbonet, del oficialismo, defendió el texto como «sólido» y que «ofrece seguridad jurídica» para pacientes y médicos.
En cambio, el senador Pedro Bordaberry, en representación de la centroderecha, calificó la ley como una «promoción» de la eutanasia, mostrando una postura crítica hacia la redacción final.
La ley se suma a otras normas liberales impulsadas en Uruguay, como la regulación del mercado de cannabis, el matrimonio igualitario y el aborto. La reacción del Colegio Médico fue prudente, respetando los distintos puntos de vista de sus miembros sin adoptar una postura oficial. Por su parte, la Iglesia Católica expresó «tristeza» tras la aprobación en la Cámara de Diputados en agosto y sigue manteniendo su rechazo.
Varias organizaciones sociales también criticaron la ley por considerarla «deficiente y peligrosa». El Colegio Médico destacó que la etapa siguiente, la reglamentación por parte del Poder Ejecutivo, será clave para definir detalles y dar certeza legal y médica en la implementación.
