Xi Jinping y Donald Trump se encuentran hoy en Busan, Corea del Sur, en medio de una guerra comercial que tensó las relaciones entre China y Estados Unidos. El encuentro está cargado de expectativas por el contexto económico y geopolítico actual.
Según la agencia oficial china Xinhua, la reunión buscará “intercambiar opiniones sobre las relaciones bilaterales y asuntos de interés común”. Trump adelantó a la prensa que espera que el diálogo “salga bien” y confía en una “buena oportunidad para un acuerdo integral”.
El tema central es el conflicto comercial. Trump advirtió que podría subir los aranceles a productos chinos hasta un 100% en noviembre, aunque su secretario del Tesoro, Scott Bessent, negó que esa opción esté sobre la mesa. El tono se mantiene optimista tras una ronda preliminar en Kuala Lumpur la semana pasada donde ambas naciones alcanzaron algunos consensos.
Estados Unidos insiste en que China haga concesiones clave, como aumentar la compra de soja estadounidense y reducir el envío de fentanilo, mientras evalúan bajar del 20% al 10% los aranceles si Pekín cumple. Trump también mencionó abrir a China el acceso al procesador de inteligencia artificial Blackwell de Nvidia como parte de un posible acuerdo.
Otro punto crítico son las tierras raras, minerales estratégicos en los que China restringe exportaciones por seguridad nacional. Trump ha reforzado alianzas con Australia, Japón y Tailandia para suplir estas materias primas, pero la discusión con Xi será clave para el futuro de este mercado.
En cuanto a la guerra en Ucrania, Trump pidió que China presione a Moscú para dejar de comprar petróleo ruso y destacó que China lo está reduciendo “de manera muy sustancial”. Pekín rechazó las sanciones estadounidenses y pidió diálogo para resolver el conflicto.
La red social TikTok también aparece en la agenda luego que Trump firmara una orden para evitar su prohibición en Estados Unidos. El acuerdo prevé que una empresa estadounidense administre la app, un hecho que podría cerrar durante la reunión.
En materia de política, el tema de Taiwán genera nerviosismo en Washington. Trump dijo que no sabe si tocarán el asunto, pero el secretario de Estado Marco Rubio fue claro: “abandonar a Taiwán no está sobre la mesa”. Asesores temen que Trump pueda flexibilizar la posición de EE.UU. para avanzar en el pacto comercial.
La reunión de hoy en Busan es un pulso que definirá el rumbo de la relación China-Estados Unidos en comercio, tecnología y geopolítica. Ambas potencias muestran flexibilidad, pero las demandas son fuertes y los riesgos globales enormes.


































