José Luis Ábalos, exministro de Transportes y exsecretario de Organización del PSOE, se acogió a su derecho a no declarar este martes ante el Tribunal Supremo en el marco del caso Koldo, investigación por presuntas mordidas y una “caja B” en Ferraz.
Ábalos compareció en silencio ante el juez Leopoldo Puente y no respondió preguntas sobre las bolsas con billetes y transferencias de efectivo detectadas por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. Sus abogados justificaron la estrategia como parte de su defensa.
El Partido Popular, que ejerce la acusación popular, pidió prisión provisional contra Ábalos alegando riesgo de destrucción de pruebas y posible coordinación con otros implicados. El escrito presentado ante el Supremo advierte de un posible “riesgo de manipulación de evidencias y concertación de versiones”.
Sin embargo, la Fiscalía Anticorrupción no respaldó la petición de cárcel. Alegó mantener solo vigilancia patrimonial y control de comunicaciones mientras continúa la instrucción del caso.
La declaración se produjo en un ambiente tenso y de gran expectación en la sede del Supremo. Ábalos llegó serio, sin declarar a la prensa y acompañado por un pequeño equipo de asesores. Fuentes del PSOE calificaron la comparecencia de “trámite judicial” y evitaron valorar la solicitud de prisión.
La investigación se centra en un informe detallado de la UCO que apunta a un flujo irregular de dinero desde Ferraz hacia el entorno de Ábalos. El documento contiene pruebas gráficas, con bolsas bajo llave llenas de billetes de 50 y 100 euros y menciona claves en el sistema de pagos como “lechugas” para billetes de 100 y “folios” para los de 50 euros.
El caso Koldo investiga transferencias y pago en metálico vinculados a Koldo García Izaguirre, exasesor de Ábalos. La querella ha desgastado seriamente la imagen del PSOE, que afronta crecientes críticas por escándalos relacionados con corrupción y fondos no declarados.
En Ferraz mantienen silencio oficial ante las últimas revelaciones y la petición de prisión, mientras el ambiente interno del partido se torna cada vez más tenso por el impacto político.
La investigación sigue abiertas y fuentes judiciales apuntan a un proceso largo y complejo con más interrogatorios y análisis financieros por delante.
