Letitia James, fiscal general de Nueva York conocida por su enfrentamiento público con Donald Trump, fue imputada por un gran jurado en Virginia por presunto fraude hipotecario. La decisión llega en medio de una oleada de casos legales impulsados por fiscales leales a Trump, que busca cobrar venganza contra sus rivales políticos.
La investigación está dirigida desde Virginia bajo la supervisión de la exfiscal Pam Bondi, aliada cercana de Trump. Este nuevo caso se suma al ya abierto contra James Comey, otro adversario histórico del expresidente. Ambos procesos muestran cómo la Justicia estadounidense se ha politizado notablemente en la era Trump, usado como arma legal contra sus enemigos.
Letitia James ganó fama nacional por su demanda contra Trump en Nueva York, un choque que marcó la relación entre ambos. Ahora enfrenta cargos que ella y sus defensores califican de motivados políticamente y parte de una campaña para desacreditarla y frenar su trabajo como fiscal.
Hasta el momento, no se han revelado detalles específicos sobre las supuestas irregularidades hipotecarias que motivan la imputación. Tampoco se ha confirmado cuándo comenzará el proceso judicial en Virginia.
El propio Trump prometió tomar venganza si regresaba a la Casa Blanca. Ahora, en lo que sería su segunda presidencia, pareciera ejecutar esa promesa a través de fiscales y procesos que afectan a sus críticos más visibles.
La imputación de una fiscal general en activo es un hecho poco común y eleva la tensión política en EE.UU., complicando el tablero legal y electoral al tiempo que divide aún más la opinión pública.
