Alier, uno de los grupos papeleros más antiguos de España, cerró 2024 con un crecimiento del 4% en ventas, hasta 84,3 millones de euros, pero su beneficio neto se desplomó un 65%, quedando en apenas 3,4 millones, frente a los 9,6 millones de 2023.
La caída responde al fuerte ritmo inversor del grupo, inmerso en un plan quinquenal (2023-2027) que prioriza la modernización tecnológica, eficiencia energética y expansión comercial. En 2024, Alier destinó la mitad de su facturación para renovar maquinaria, automatizar procesos e impulsar su apuesta por la economía circular.
El proyecto estrella es una fábrica de placas de yeso prémium en Zaragoza, con un presupuesto de 40 millones de euros, la mayor inversión actual. Las instalaciones, situadas en el Parque Tecnológico del Reciclado López Soriano, se abrirán en 2025 y permitirán a Alier integrarse verticalmente y añadir valor a su producto principal: el papel para revestir placas de yeso.
Elisabet Alier, presidenta y miembro de la familia fundadora, explicó que la intención no es competir con clientes, sino crear un nuevo mercado sostenible con placas ignífugas y otras propiedades especiales para la construcción, un sector con alta huella de carbono. Además, Alier destaca por su producción de bolsas y sacos 100% reciclados.
Parte del proyecto se financiará con un préstamo negociado con BBVA, fondos propios y casi 10 millones de ayudas vinculadas a la descarbonización industrial, con plazo de ejecución hasta junio de 2026.
La transformación energética sigue en marcha: tras cerrar su planta de cogeneración en Rosselló (Lleida), la compañía apostó por dos nuevas plantas en el mismo centro, una de biomasa y otra para reciclaje de plástico, ambas financiadas principalmente con recursos propios.
Alier pertenece a la familia argentina Pereira, que la rescató en 2018 cuando la empresa estuvo al borde del concurso de acreedores. Ahora, la empresa apunta a consolidar su nuevo modelo y a situarse como referente en sostenibilidad e innovación en el sector papelero español.
