El Gobierno argentino está paralizando la instalación del Radiotelescopio Argentino Chino (CART) en San Juan, un proyecto estratégico de cooperación científica con China que data de 2015. La Universidad Nacional de San Juan (UNSJ) denunció que desde junio las piezas enviadas por Pekín permanecen retenidas en la Aduana del Puerto de Buenos Aires, parando la continuidad del proyecto.
La situación se complicó aún más tras una resolución firmada el 17 de octubre por el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, que exige la autorización del Ministerio de Defensa para la instalación de radares y estaciones de observación aeroespacial. La decisión está justificada por preocupaciones sobre la soberanía tecnológica y el posible uso dual de equipos vinculados a China.
En un comunicado, la UNSJ afirmó que, aunque la normativa afecta la operación del CART, el proyecto cuenta con aprobación desde hace más de una década y sigue en etapa de implementación. Pablo Diez, secretario de Ciencia y Tecnología de la UNSJ, rechazó que el radiotelescopio tenga fines militares y enfatizó que el acuerdo es científico y abierto a toda la comunidad, incluso a EEUU.
Este bloqueo se produce en medio de una creciente realineación política de Argentina hacia EEUU, que presiona para restringir acuerdos con China en sectores estratégicos. El sociólogo Sebastián Schulz, experto en estudios chinos, señaló que el reciente gobierno de Javier Milei impulsa esta política y que la suspensión del CART es parte de un veto estadounidense para frenar la cooperación científica y tecnológica con Pekín.
Otras iniciativas chinas afectadas incluyen un puerto multipropósito en Tierra del Fuego, represas hidroeléctricas, tecnología 5G y una estación espacial en Neuquén. La intención del Gobierno argentino es mantener solo los acuerdos comerciales y evitar vínculos estratégicos que preocupan a Washington.
Scott Bessent, secretario del Tesoro estadounidense, dejó claro su rechazo a la presencia china en infraestructura sensible, aunque descartó romper vínculos económicos. Asimismo, el embajador designado, Peter Lamelas, se comprometió a persuadir a autoridades provinciales para cancelar proyectos con Pekín.
Pekín respondió con un comunicado contundente: criticó la “mentalidad de Guerra Fría” de EEUU y reiteró que su cooperación con América Latina no busca perjudicar a terceros países. La embajada china en Argentina subrayó que América Latina y el Caribe no son “patio trasero” de ninguna potencia.
Para expertos locales, la postura de China es clara: apuesta a una estrategia de largo plazo y paciencia frente a obstáculos. Carla Oliva, coordinadora del Grupo de Estudio China Argentina, explicó que Pekín mantiene su compromiso con la región y no se dejará amedrentar por cambios coyunturales en gobiernos como el de Milei.
Schulz agregó que EEUU no puede igualar las inversiones chinas ni ofrecer alternativas atractivas para Argentina, debido a diferencias estructurales en sus economías y a un desplazamiento global del poder económico hacia Asia.
Por ahora, el radiotelescopio chino-argentino queda en pausa, reflejo de un pulso geopolítico entre Washington y Pekín que pone en jaque la cooperación científica en la región.
