El RCD Mallorca volvió a evidenciar sus problemas defensivos en una dura derrota 3-0 contra el Real Betis en La Cartuja, un regreso amargo al estadio donde el Betis ganó la pasada final de Copa del Rey.
El capitán Antonio Raíllo no escondió sus críticas tras el partido y señaló que las fallas defensivas vienen de lejos, pues tras 11 jornadas el equipo sigue muy endeble atrás. “Si Betis encontraba espacios nos iba a machacar”, dijo Raíllo, señalando que la falta de solidez se ha hecho patente en todas las formas de jugar: con línea de cinco defensas o con una propuesta más atrevida.
El equipo llegó además con el portero titular, Leo Román, lesionado, y el finlandés Lucas Bergström debutó en Primera División encajando tres goles en tres tiros a puerta. El debate saltó inmediatamente: ¿culpa del joven portero? Expresidentes como Santiago Cañizares criticaron la apuesta por porteros muy altos pero poco técnicos. Sin embargo, el análisis muestra que Bergström no tuvo responsabilidad en los tres goles, que nacieron de fallos colectivos de marca y cobertura.
En el primer gol, un desmarque y tiro sin oposición de Antony ante un Mallorca sin presión ni ayudas. En el segundo, otro disparo con rosca del mismo Antony que Bergström no logró alcanzar. Por último, la acción del tercer gol fue un centro atrás de Antony para que Abde rematara libre desde atrás. Bergström mejoró en el último tramo con un par de paradas clave, incluyendo un mano a mano con Antony, pero la inseguridad del equipo quedó patente.
Tras el partido, el entrenador Jagoba Arrasate lanzó un aviso claro: “Tenemos que asumir que será un año de sufrimiento, que vamos a estar en la zona baja. Esta salvación será la más cara de la historia porque hay muchos equipos fuertes y recién ascendidos que están muy bien.”
“Lo primero es asumirlo. Si no, recibes golpes. No es lo que queremos, pero es lo que hay, y para salir de ahí hay que aceptar que nos va a costar.”
Arrasate reconoció que el equipo ha intentado cambios tácticos sin éxito y admitió haberse traicionado a sí mismo con la insistencia en replegarse y luego buscar valentía sin resultados. Raíllo, por su parte, pide de nuevo proteger más la defensa y corregir errores, apuntando a una necesaria madurez colectiva.
Con solo 11 jornadas disputadas, el RCD Mallorca envía señales de alarma claras. La falta de solidez atrás amenaza con condenar al equipo a pelear por la permanencia. Ahora el reto está en corregir rápido y sacar adelante una temporada que se presenta dura y sin margen de error.

































