Más de 500 conductores de villavesas en Navarra llevan años lidiando con sueldos bajos, falta de baños en ruta y un mantenimiento deficiente de la flota, según denuncian fuentes internas del sector. Ángél Errea, veterano motorista con casi 40 años en Cotup y enfermo de cáncer, asegura que los baños prometidos por Mancomunidad aún no existen, y que tienen que recurrir a bares y cafeterías, que no abren en festivos clave como Navidad o San Fermín.
“Nos pagan siete euros por trabajar un domingo, jornada completa, mis amigos ni me creen”, protesta Antonia Sánchez, conductora con experiencia que afirma que la precariedad salarial y laboral aumenta con nuevas contrataciones que sufren horarios partidos y sin calendario fijo.
El mantenimiento de los autobuses, propiedad pública gestionada por la empresa privada TCC, también está en crisis. Laura Molina, con 26 años conduciendo villavesas, denuncia que los vehículos “están destrozados a los pocos meses” y se abusa del ahorro en mantenimiento preventivo. Javier Peru coincide: “Hay pocos mecánicos para tanto autobús, y algunos veteranos han sido despedidos”.
El conflicto laboral tiene raíces en la reforma laboral de 2013, cuando el recorte salarial se apostó en un mínimo del 5,78% tras propuesta inicial del 12%. La empresa catalana repitió estrategia en la última concesión, presentando una oferta con rebaja del 14% que, según el comité, ha perpetuado condiciones de trabajo difíciles y salarios bajos.
Los conductores se quejan de que la Mancomunidad ha externalizado los servicios para “evitar problemas” y subastó la explotación, lo que ha impuesto una lógica de ahorro que sacrifica condiciones laborales y mantenimiento de la flota. Errea fue presidente del comité y advierte del peligro: “Si esta empresa se va, ¿en qué condiciones quedan los autobuses?”.
La falta de infraestructuras básicas como baños en ruta es calificada de “indignante” por trabajadores como Errea y Sánchez. Y así lo resumen:
“En pleno 2026, seguimos sin un puto baño y con vehículos que salen a la calle con todos los chivatos encendidos, parece un árbol de Navidad”
.
Las reclamaciones del comité incluyen nombrar un perito para revisar el estado de la flota y exigir mejoras que vayan más allá de salarios, como aumentar tiempos de descanso y unificar condiciones laborales en la plantilla.
Mientras tanto, los conductores afrontan días con riesgos laborales y falta de reconocimiento. “Antes venías a gusto a trabajar, hoy es imposible”, concluye Sánchez.
































