La psicóloga María Jesús Álava Reyes alertó esta semana sobre el alarmante aumento del acoso escolar en España, vinculado directamente al suicidio de Sandra Peña, una adolescente sevillana de 14 años víctima de bullying.
En su intervención en Onda Cero, Álava citó el último informe conjunto de la Fundación Mutua Madrileña y la Fundación ANAR publicado en septiembre de 2025, que indica que más del 12% del alumnado asegura sufrir o conocer casos de acoso escolar. “Los casos están aumentando, o mejor dicho, se han disparado”, afirmó.
La experta puso especial énfasis en la creciente incidencia del ciberbullying, que se aloja en el tiempo, con muchos casos que duran más de un año y se cronifican. “Hay una nueva realidad que exige actuar con urgencia”, dijo.
“Hay que trabajar la prevención y cortar cualquier conducta inapropiada que suponga una falta de respeto, porque esa es la señal más clara de un futuro acoso”
Álava explicó que no toda disputa entre menores es bullying. Para considerarlo, debe haber intención de hacer daño, repetición en el tiempo y un desequilibrio de poder entre víctima y agresor. Además, no solo la víctima y el agresor están implicados, sino también los testigos, el centro escolar y las familias.
Entre las señales de alerta en las víctimas mencionó síntomas como ansiedad, dolores físicos recurrentes, cambios de carácter, aislamiento social y bajo rendimiento escolar. Por otro lado, los acosadores suelen mostrar agresividad, impulsividad, falta de empatía y un impulso constante por dominar a los demás.
La psicóloga denunció que muchas veces el acoso ocurre “de espaldas a los adultos”, y recordó que muchos profesores no cuentan con recursos suficientes para enfrentarlo, una situación que calificó como un “gran fracaso de nuestro sistema educativo”.
También responsabilizó a los testigos: “Pueden reforzar la actuación del acosador con su silencio, ya sea por miedo o porque han normalizado la situación”.
Para ayudar a las víctimas, Álava recomendó ponerse en contacto inmediato con el centro educativo, validar las emociones del menor, enseñar a pedir ayuda y fomentar la asertividad, haciendo hincapié en que la violencia solo agrava el problema.
“Las conductas violentas solo agravan el problema. Debemos enseñar a los niños a defender sus derechos desde la asertividad, las habilidades sociales y el respeto”
La muerte de Sandra Peña vuelve a poner sobre la mesa la urgencia de prevenir y detectar el acoso escolar antes de que genere consecuencias irreparables, especialmente en un contexto donde el bullying digital amplifica y alarga el sufrimiento.


































