Un enorme cinturón de algas marinas del género Sargassum crece sin control en el océano Atlántico y ya es visible desde el espacio. El fenómeno, detectado vía satélite en mayo de 2025, cubre una franja de más de 8.800 kilómetros, desde la costa oeste de África hasta el Golfo de México. Según un estudio del Florida Atlantic University Harbor Branch Oceanographic Institute, la masa registrada fue de 37,5 millones de toneladas, el doble del ancho de Estados Unidos.
Este Gran Cinturón Atlántico de Sargazo ha crecido año tras año desde 2011, transformando lo que antes era un fenómeno limitado al Mar de los Sargazos en una capa continua que ahora alarma a científicos de todo el mundo. La causa principal es el aumento de nutrientes en el agua provocado por la agricultura intensiva, aguas residuales y partículas atmosféricas, que han incrementado el nitrógeno y fósforo en el océano casi un 50% entre 1980 y 2020.
El río Amazonas juega también un papel fundamental. Durante su temporada de lluvias, arrastra grandes cantidades de nutrientes al Atlántico, alimentando a las algas y acelerando su expansión, según los datos analizados durante cuatro décadas.
El sargazo, en cantidades moderadas, es un refugio vital para más de cien especies marinas. Pero su acumulación masiva crea problemas ambientales y económicos graves. Al descomponerse, el sargazo libera gas sulfhídrico, bloquea la luz solar y consume oxígeno, generando ‘zonas muertas’ que destruyen hábitats para peces y otras especies. Además, emite gases contaminantes como metano que agravan el cambio climático.
Las comunidades costeras del Caribe y del Golfo de México sufren cada verano la invasión de toneladas de estas algas que arruinan las playas, paralizan el turismo y obligan a gastar millones para su limpieza. La alerta científica subraya que el Gran Cinturón Atlántico de Sargazo podría tener consecuencias aún peores si no se controla el problema de la contaminación y se estudian medidas para mitigar su impacto.


































